Amaia Romero ha abierto su corazón al medio musical independiente Jenesaispop. Ahí, la ganadora de 'Operación Triunfo 2017' ha explicado al periodista Sebas E. Alonso cómo ha vivido su paso del anonimato al más fulgurante estrellato.

"Hubo una temporada que tenía como un montón de cosas que hacer y no tenía tiempo de hacer nada y cuando estaba con mi familia o gente con la que tengo confianza, todo me sentaba mal, era como si yo fuese el centro del mundo", comienza explicando Amaia para asegurar que su hermano tuvo que darle un toque de atención: "Me tuvo que decir mi hermano: 'Oye, Amaia, es que estás'. Me di cuenta, dije 'es verdad'. Empecé a llorar y, bueno, bueno, fue un poco".

Una fama que le ha llevado a ser portada recientemente de la revista Lecturas por su sonada ruptura con Alfred: "Ese momento fue como... pena por la sociedad. A mí al final me da igual, tampoco estaba matando a nadie, son momentos que todo el mundo tiene en su vida. Sí que es verdad que joder... no tienen respeto". Unas fotos que le dolieron mucho y que le hicieron preguntarse "hasta qué punto es legal. Me pregunto en qué momento ves a una persona llorando y te pones... Me intento imaginar el momento de que una persona está ahí con una cámara de fotos, viendo a dos personas pasándolo mal... y me parece impensable. Me parece como algo superinhumano".

Aún así, Amaia explica que trata de que no le afecten todas estas cosas, pero es inevitable que ese día lo pasara mal: "Me sentí hasta humillada. Humillada tampoco... pero era demasiado íntimo. No era una foto de la calle. Es que salían cosas de la conversación, aunque algunas eran mentira: tampoco la entendió muy bien porque había cosas que nunca dijimos. Pero hay cosas que sí eran verdad. Y es como, '¿cómo sabe que hemos dicho esas cosas?'. Es algo superpersonal y me dio bastante rabia".