Lo efímero entraña la posibilidad de ser eterno. Y lo eterno, a veces, se modela con el material de lo efímero. Solo así se explica que algo esencialmente fugaz y rotatorio como la moda acabe convirtiéndose en patrimonio, esto es, en contenido universal e intempestivo. Pero claro, ¿se puede hablar de moda en sentido estricto cuando se habla del trabajo de Cristóbal Balenciaga?