El de Harvey Weinstein ha sido uno de los nombres más pronunciados en los agradecimientos durante décadas; en esta 90ª edición, marcada por el #MeToo, las cosas prometen ser muy diferentes. Incluso la revelación de sus abusos ha desvelado una de las leyendas negras de los Óscar: no fue hacerse con el de Mejor actriz lo que supuso al menos un año sin proyectos a Mira Sorvino o Hillary Swank, sino rechazar el acoso del productor.