"He tenido éxito viviendo en una irrealidad donde todo era entretenimiento", señalaba Cecil Beaton en su diario en 1935. Desde muy temprana edad, Beaton (1904-1980) se sintió fascinado por todo lo que conllevaba teatralidad, artificio, máscara y transformismo, el arte proyectado desde su visión más barroca y exuberante. En el buen gusto siempre hay unas notas de kitsch, descubrió Beaton; filosofía que aplicó a lo largo de su trayectoria. Un libro, 'Love, Cecil: A Journey with Cecil Beaton' (Abrams Books), y el documental homónimo, ambos de Lisa Immordino Vreeland, retratan a este hombre que acabó haciendo de su vida, como Andy Warhol, su mejor obra...