Dos millennials (jóvenes que han llegado a la vida adulta después del 2000) están apoyadas en una parada de autobús hablando sin despegar la mirada de sus móviles. Se hacen un selfi, lo suben a sus redes sociales y empieza el baile de los ‘Me gusta’. Este gesto forma parte del día a día de millones de personas que comparten su información y contemplan las vidas de otras a las que siguen: desde sus amigas hasta sus ídolos. Pero todos utilizan las mismas aplicaciones digitales mostrando una cotidianeidad optimizada donde, obviamente, las grandes firmas quieren estar presentes.