A todos nos gusta el olor de la ropa limpia cuando, después de poner la lavadora y dejar que se seque, la guardamos en el armario. Sin embargo, en algunas ocasiones, cuando nos la vamos a poner, notamos que ha perdido el perfume del suavizante o incluso ha cogido malos olores. La respuesta está en casi siempre en el propio armario.

Los motivos de que la ropa se contagie de estos malos olores pueden ser diversos, pero con una serie de consejos, lograremos atajarlos y poder vestirnos con la agradable sensación de frescor de la ropa que no ha sido usada. Estos son algunos de ellos:

Controla la humedad

La humedad es uno de nuestros enemigos en el hogar. Y en los armarios lo que pueden generar es, entre otras cosas, malos olores. Ventilarlos habitualmente es clave, aunque hay otros métodos para mantenerla bajo control. Por ejemplo, usar saquitos de malla con sal de roca, carbón arroz o tiza. Estos tienden a absorber la humedad e impiden que lo haga la ropa, lo que generaría olores en el armario. Habrá que sustituirlas periódicamente. También es aconsejable no ampliar grandes cantidades de ropa.

Guarda la ropa limpia y seca

Si guardamos en el armario ropa sucia o con olores, estos pueden apoderase del armario y contagiarse al resto de las prendas. Además, cuando recogemos la ropa del tendedero y antes de ordenarla en el armario, tenemos que asegurarnos de que está bien seca. Si aún conserva algo de humedad esta podría generar malos olores y desbaratar nuestra colada en el interior del armario.

Ambientadores comerciales

Una forma rápida de asegurarnos un buen olor en el armario es la de recurrir a los ambientadores que podemos encontrar en los supermercados. Si hemos tenido en cuenta los anteriores puntos, esta es una buena opción, aunque deberemos controlar al principio es que no resulte demasiado fuerte y que sea de nuestro gusto. Por eso, es recomendable comenzar por los menos intensos e ir probando los resultados.

Ambientadores caseros

Otra opción es elaborar un ambientador propio. Por ejemplo, se puede colocar en el interior del armario algodones impregnados de nuestra colonia o perfume favorito. Como en el caso anterior, es mejor empezar colocando pocos para controlar el efecto, pero así lograremos un olor agradable tanto en el armario como en la ropa. Otro truco es el de colocar algodones impregnados de suavizante en un recipiente de plástico con tapa -se puede reciclar el del algún alimento, por ejemplo- y dejarlo en el fondo del armario después de hacerle algunos agujeros. También se pueden usar flores de lavanda, bolsitas de infusiones de té, incienso o pastillas de jabón.

Evitar la naftalina

La naftalina que actúa a veces usamos contra las polillas puede dejar mal olor en la ropa y el armario. Como alternativa, se puede recurrir a la viruta de cedro, que se puede encontrar en tiendas de animales y que resulta igual de efectiva sin dejar malos olores.