Vivir en un loft no es una opción solo de las grandes ciudades. Podemos crear nuestro propio espacio bohemio con un poco de ingenio, un pico y un martillo.

En un loft los elementos más básicos de su estructura quedan expuestos a todas las miradas. Los muros de ladrillo, vigas y tubos de luz o aire acondicionado están a la vista de todos, formando parte de su peculiar decoración. Muchos dejan el cemento como singular revestimiento de paredes y pisos.

Pero si la casa ya pasó esta etapa, sólo se debe hacer uso del pico y el martillo para despostillar el yeso de las paredes y hacer surgir los cimientos.

Una casa vanguardista

Pocas pero escogidas piezas amueblan unas casas tan llenas de personalidad, como quienes las eligen para vivir. La mayoría opta por una estética moderna y funcional: muebles de diseño, piezas vanguardistas del siglo XX, pisos pintados y cubiertos por alfombras lisas y puntos de luz con protagonismo propio. Lo importante es no recargar espacios y crear un ambiente muy personal.

La importancia de luz en un loft

La iluminación es clave en este estilo. Las ventanas exteriores quedan despejadas, sin cortinas, para favorecer al máximo la iluminación natural. Lámparas de clara inspiración industrial y la nueva generación de halógenos hacen el resto.

Compartiendo espacios

Por su peculiar estructura, el loft permite crear varios ambientes en un mismo espacio, sin perder la sensación de amplitud. Dormitorios y zonas de trabajo comparten metros cuadrados con cocinas de estilo industrial o incluso con elementos del baño como lavabos o bañeras. La zona más privada de la casa, el dormitorio, queda expuesta a la mirada de todos.