Todo el mundo ha escuchado alguna vez que el fútbol latino tiene mucha garra, que su pasión a menudo se convierte en tensión y que no hay cántico que no preceda sin pausa a un siguiente. Si a este denominador común se le añade un enfrentamiento de alto voltaje, el espectáculo está servido, las pulsaciones se disparan.

En el estado de Río Grande del Sur, en el sur de Brasil, una ciudad acoge a dos equipos: el Grêmio y el Internacional. El primero de ellos, con origen racista, fue precisamente la causa de que naciera el segundo. Un nacimiento que conllevaría un episodio que todo gremista lleva tatuado a fuego: un prematuro 10-0 apisonador.

Hace unos días, estos dos equipos se volvieron a enfrentar. El Grêmio necesitaba una alegría porque la semana anterior, en el Maracaná, había visto cómo su sueño se esfumaba, cómo perdían el partido que les hubiera llevado a la final de la Copa Libertadores, la mayor competición de fútbol de América. ¿Lo consiguieron? En el capítulo de hoy conocemos cómo se vive el partido más conflictivo de Brasil.