Entre las gigantes São Paulo y Río de Janeiro, asoma un lugar donde el ritmo decelera por la inercia de estar sumergido en el bosque y la energía de poder bañarse en pozas naturales: Paraty, una ciudad con pocos habitantes que, si bien no es tan sonada, se merece un hueco en la lista de visitas obligadas de este tramo de Brasil.

En Paraty puedes dar un paseo en barco por Saco de Mamangúa, un recorrido por varias playas casi vacías. Por aquí solo viven los caiçaras, una comunidad de personas que guarda un contacto muy fuerte con la naturaleza -también se deja caer por aquí algún que otro adinerado-. Entre los árboles, te cruzas con la casa donde se grabó Crepúsculo.

Este rincón se ha colado en mi top 10 de sitios visitados, en uno de esos que te hacen preguntarte si es hora de parar el #RetoVueltaAlMundo y quedarse aquí a vivir. Pero no, la ruta continúa. Esta semana, en Pégame un viaje, cómo es la vida en Paraty: