Piden paralizar las obras de 2.200 viviendas en Cala Mosca

La Asociación Salvemos Cala Mosca denuncia ante el Seprona, el Ayuntamiento de Orihuela y la conselleria que la constructora estaría incumpliendo la protección del molusco Tudorella mauretanica declarado en peligro de extinción

El agente urbanizador afirma que "se están cumpliendo escrupulosamente las medidas de protección" y que han comenzado "los trabajos de recuperación ambiental" bajo la supervisión de conselleria

Desbroce en el sector urbanístico

Desbroce en el sector urbanístico / Salvemos Cala Mosca

Loreto Mármol

Loreto Mármol

La Asociación Salvemos Cala Mosca ha denunciado ante el Seprona, el Ayuntamiento de Orihuela y la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio las obras que se están realizando en el sector "Alameda del Mar", donde se prevén 2.200 viviendas en el último kilómetro sin urbanizar del litoral oriolano por un posible impacto sobre las poblaciones del molusco protegido Tudorella mauretanica declarado en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Por ello, el colectivo vecinal y conservacionista ha solicitado al Consistorio la paralización cautelar de las obras para la realización de un estudio del área de distribución y la delimitación de la reserva de fauna para evitar la destrucción de parte relevante de la población de esta especie de caracol, ya que, a juicio de la asociación, se estaría incumpliendo la resolución del 19 de julio de 2022 de la conselleria, por la que se exigía a la empresa constructora que "en el caso de Tudorella mauretanica, siguiendo el criterio de protección del informe, se procedería a delimitar un área de distribución y se integraría en una futura reserva de fauna".

Varios miembros de Salvemos Cala Mosca, junto con el doctor en Biología y zoólogo experto en moluscos terrestres y colaborador de la UICN Alberto Martínez-Ortí, han podido constatar que se está procediendo a realizar actuaciones sobre la vegetación natural de un sector donde se encuentran individuos del molusco Tudorella mauretanica.

En concreto, han advertido, la promotora se dispone a parcelar la zona donde se encuentran individuos de esta especie, y se han preparado contenedores para el comienzo inmediato de acciones de desbroce. "La eliminación de la vegetación supondría la destrucción de una parte relevante de la población de este caracol", han insistido.

Ejemplar de Tudorella mauretanica en la zona

Ejemplar de Tudorella mauretanica en la zona / Salvemos Cala Mosca

En este sentido, la asociación ha recordado que esta especie está incluida en una orden de la conselleria que recoge las especies vulnerables. De hecho, la urbanización de este sector está condicionada a que se desarrollen medidas para la protección. Sin embargo, la Asociación Salvemos Cala Mosca considera que "presuntamente la empresa constructora no está cumpliendo con la declaración de impacto ambiental, por lo que solicita la paralización cautelar de las obras hasta que se asegure la protección de esta población en peligro de extinción".

Hay que recordar que la conselleria emitió en julio de 2022 una resolución complementaria al cumplimiento de los condicionantes impuestos en la declaración de impacto ambiental formulada en mayo de 2018, después de que la empresa modificara su proyecto para adaptarlo a estos requisitos y proceder a reiniciar las obras, que se paralizaron en 2007 precisamente tras el hallazgo de este caracol y de la llamada jarilla cabeza de gato (Helianthemum caput-felis), una planta que también se encuentra en peligro.

Una reserva de flora y fauna

Así, la constructora propuso ampliar la microrreserva de flora para proteger la planta endémica llamada jarilla cabeza de gato, además de otro espacio para garantizar la conservación de la población del caracol tudorella mauretanica.

Con esta adecuación, el planeamiento afectaría a 27 ejemplares de jarilla (un 0,17% de la población total), conservándose en su posición original el 99,8% (15.556), cuando en la propuesta del año 2007 esta cifra únicamente ascendía al 25,6% (4.018). En superficie, se traduce en aumentar la extensión de la microrreserva en 8,1 hectáreas, pasando de 2,95 a 11,1.

Además, se incluye la plantación y traslocación -o traslado- de ejemplares de ambas especies que pudieran resultar afectados por el proyecto, algo que en cualquier caso requiere una autorización expresa de la Dirección General de Medio Natural y Evaluación Ambiental.

Según la resolución de conselleria, el promotor también deberá emitir informes periódicos del programa de vigilancia y seguimiento ambiental, que abarca el periodo previo a la ejecución de las obras, su desarrollo y el cumplimiento posterior de las medidas de conservación, con un reporte anual en el que se hará seguimiento de la respuesta y evolución de las especies protegidas, así como de restauración de hábitats y paisajes.

Asimismo, se contempla una serie de requerimientos en cuanto a accesos a playas y calas desde la reserva, que contará con un vallado perimetral que impedirá el acceso de vehículos, personas y animales.

Con la supervisión de conselleria

Por su parte, el agente urbanizador ha manifestado que no le consta esa denuncia. En este sentido, ha asegurado que "se están cumpliendo escrupulosamente las medidas de preservación reflejadas en el proyecto de urbanización aprobado" y que "se han empezado ya los trabajos de recuperación ambiental en coordinación con el Departamento de Vida Silvestre de la Conselleria de Medio Ambiente y bajo su supervisión".

Informe técnico

La asociación ha acompañado el escrito con un informe técnico sobre la importancia de proteger este caracol amenazado, que ha realizado Martínez-Ortí, también director del Museo Valenciano de Historia Natural, que hace hincapié en que "el factor principal de amenaza para esta especie es la presión urbanística, que en la costa alicantina ha sido muy intensa, siendo su área de ocupación cada vez menor, provocando además la división y fragmentación de las poblaciones en unidades inconexas y frecuentemente de pequeño tamaño hasta el punto de haberse extinguido en gran parte de la superficie que ocupaba años atrás".

Al mismo tiempo, subraya que "estas actuaciones siguen sucediéndose". Como ejemplo cita la ampliación de la carretera N-332 de dos a cuatro carriles y la urbanización que en la actualidad se está realizando en Cala Mosca, que está afectando gravemente a la población que allí vive, ya que todo ello conlleva la eliminación de la cubierta vegetal, principalmente pinos, arbustos y hojarasca que cubre el suelo, que es determinante para su supervivencia".

Desgraciadamente, continúa el informe, tanto la declaración de impacto ambiental de 2018 como la de 2022, por parte de conselleria, "no aseguran la supervivencia de Tudorella mauretanica en la zona, teniendo en cuenta que la especie habitaba en 46 hectáreas que ahora se pretende reducir a 11 como reserva de fauna, por lo que inevitablemente se ve afectada de forma catastrófica".

Es más, concluye el informe, "cualquier actuación negativa sobre el suelo y propuesta de reducción de su hábitat, como la que pretende realizar la empresa urbanística, afectará gravemente su supervivencia y provocará irremediablemente su extinción en este enclave y desgraciadamente contribuirá a la extinción de la especie en la Comunidad Valenciana y en España".