¡Atémonos los machos y, por lo que pueda pasar -más vale prevenir que curar-, no bajemos la guardia! El bicho sigue suelto y parece que, de momento, no hay posibilidad de frenarlo. ¿Dejarán las farmacéuticas que se comercialice una vacuna o tendremos que seguir bajo su yugo, como, por ejemplo, los diabéticos? ¿Nos estarán vendiendo otra moto con lo de que con «células madre» se puede luchar contra el jodio bicho y el ex ministro Bernat Soria nos está vendiendo humo, como hizo cuando hablaba de que el parkinson «tendría cura» en el plazo de diez años y de eso han pasado, por lo menos, quince o veinte? De momento -crucemos los dedos-, la vida sigue y chico, ¿qué queréis que os diga?; ¡me alegro! Parece que algo se mueve en la Esquina del Pavo. Lo importante, una vez que las obras han comenzado, es hacerse la última foto, no la primera, porque querrá decir que se han terminado. Fijaos si «las cosas de palacio van despacio» que el proyecto se planteó a principios de la pasada legislatura, siendo responsable de Medio Ambiente Miguel Ángel Fernández, «Cánovas», que pasará a la historia de la gestión municipal con más pena que gloria. ¿A que si os pregunto si sabéis quién es Miguel Ángel no le ponéis cara? Os tendría que decir que es hijo de Cánovas, el mítico portero del Orihuela Deportiva, y creo que ni aun así sabríais quién es, dado que «su labor» -¡y lo digo con cariño y desde el respeto!- fue más bien gris/callada y no solía salir en los periódicos, no como su sucesor, el ínclito Damáso Aparicio, que «se ha empeñao en apareser tos los días en los papeles», ya sea por contenedores, «palmeras que cambian de sitio o por limpiar la mota del río». ¿Estará en campaña para su reelección como presidente pepero local? La copla dice: «Será una rosa, será un clavel; el mes de mayo te lo diré»! ¿Y por qué en mayo?, pues porque, al parecer, ¡el proyecto tenía que estar acabado el 4 de ese mes, pero el coronavirus se lo llevó «palante»! El caso es que en el palacete del marquesado de Arneva han decidido poner en valor el palmeral oriolano, que es el segundo más grande de Europa, por detrás del de Elx (licencia lingüística para el alcalde covero de Rafal, Manolo Pineda), con 10.000 palmeras en algo más de 650.000 metros cuadrados. Un palmeral que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC). ¡Si no lo llega a estar, a lo mejor ya habría desaparecido! ¡Albricias; que volteen las campanas de las iglesias del pueblo -que no son pocas- anunciando la buena nueva: se está arreglando la Casa Agulló! ¡Y, una vez rehabilitada, se destinará a centro de interpretación donde se explicará todo lo relativo al palmeral! ¡Si señor; con dos cojones! ¡Más vale llegar a tiempo que rondar cien años, aunque este proyecto llevaba mucho tiempo dando vueltas por diferentes despachos! Pero, ¡cuidadín!. Los inquilinos de la Esquina del Pavo -¡políticos, claro!- parecen estar más por la labor de salir en los papeles anunciando cosas que en ejecutarlas. ¡Y a las pruebas me remito! Recordemos que la rehabilitación del palacio de Rubalcaba o la del «acueducto de la Escorrata», existente en el propio palmeral -frente a la ruinosa Escuela de Artes Aplicadas y Oficios, creo que se llama así- o, más recientemente, la permuta de los terrenos municipales ocupados por los colegios de Santo Domingo y Oratorio por la iglesia de San Agustín están en «stand by». ¡Todo parece haber quedado en una mera declaración de intenciones, pero vamos que están ahí y pueden retomarse en cualquier momento para «orgullo y satisfacción» del pueblo! Eso sí, ¡sin que sirva de precedente, porque no es cuestión de hacer siempre lo mejor para el ciudadano! Espero que el anuncio de que se van a invertir más de dos millones de euros en recuperar el palmeral no quede en eso, en un anuncio, y que, en el plazo de dos años, sea una realidad, si los bichos -picudo y covid 19- lo permiten. ¡Ah, también «se está reparando/recuperando el área recreativa de San Cristóbal»! ¡Esto es un no parar! De momento, ¡la cosa va de casas y no de palacios!