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Torrevieja retira de su paseo marítimo el cadáver de un cachalote de ocho toneladas

El Ayuntamiento recuperará el esqueleto de la cabeza de uno de los mamíferos marinos más singulares

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Cachalote en descomposición que ha sido remolcado hasta el muelle de la Sal de Torrevieja

Diez metros de largo y ocho toneladas de peso. Una cabeza equivalente al tercio de su cuerpo y una llamativa dentadura. El jueves por la tarde encalló el enorme cadáver de un cachalote en las rocas del paseo de Juan Aparicio, en pleno centro y fachada marítima de Torrevieja. Durante toda la tarde-noche la Policía Local estuvo controlando la afluencia de cientos de curiosos que se paraban a realizar fotografías, pese al fuerte hedor que desprendía el cuerpo que obligó a cerrar balcones y ventanas de edificios. El cadáver llegó arrastrado por la marea de levante a esta zona del litoral de Torrevieja y ya fue avistado en el mar cerca de la orilla por muchos vecinos antes de que encallara. A primera hora la de mañana, Policía Local, Cruz Roja y Guardia Civil se pusieron en marcha para desencallar el cuerpo -situado a escasos metros de las zonas de baño de las piscinas naturales- para remolcarlo hasta el dique de la Sal de Torrevieja.

Allí fue necesaria una grúa para elevarlo y transportarlo a las instalaciones en las que el biólogo municipal Juan Antonio Pujol y el operario municipal Antonio Noales trabajaron para, literalmente, cortarle la cabeza al animal. El objetivo es que algún día el esqueleto del cachalote -con su singular cabeza y la dentadura más grande del mundo animal- pueda ser preparada para su observación en el Museo de Historia Natural local. El final del resto del cuerpo es también interesante. Una empresa especializada de Abanilla utilizará la grasa para generar biodiésel. El cachalote, catalogado como vulnerable, no es un animal raro en el Mediterráneo pero tampoco muy abundante.

Las principales causas de muerte son los choques con embarcaciones o la ingesta de plásticos flotantes. Los cachalotes son singulares por casi todo: además de su enorme cabeza, que alberga el cerebro de mayor envergadura en el mundo animal, se trata de un cetáceo depredador. Puede sumergirse a más de tres kilómetros de profundidad para alimentarse de grandes calamares.

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