«Voy a prometer lo que pueda cumplir», con esta frase el conseller de Infraestructuras, Arcadi España, se presentó a los alcaldes de la Vega en una reunión para informar sobre el futuro de las comunicaciones rodadas. Y lo hizo en el flamante Auditorio Internacional de Torrevieja, que costó a la Generalitat en tiempos de bonanza de Francisco Camps el triple de lo que se va a invertir en carreteras para la comarca (16 millones) en 2020 y este dato es suficiente para ver cómo han cambiado las cosas. Fue un encuentro con casi todos regidores y en el cual el conseller se hizo acompañar por la persona que mejor conoce el entramado vial, Josep Llin, subdirector general de Movilidad, que dejó alguna frases para el recuerdo, como que a las aguas hay que dejarlas seguir y no construir por doquier todo tipo de infraestructuras que, en una comarca tan plana como ésta, termina por anegarse y «no se puede construir una carretera un metro más alta para que no se inunde porque, ¿cómo entraríamos a los chalés?», se preguntó. Llin llegó a recordar y valorar en positivo la extensa malla de carreteras que enlazan municipios y núcleos rurales dispersos pero, hay tantos y son tan complejos, que convierten un suplicio los recorridos.
Arcadi España tiene un plan de Infraestructuras para la Vega Baja probablemente más armónico, medioambiental y sostenible que el que ayer le plantearon a la contra dos alcaldes y en una vía muy concreta: la CV-95, los 28,5 kilómetros más conflictivos de la comarca porque son tan lentos de discurrir como numerosos han sido los planes prometidos desde la Generalitat durante las dos últimas décadas para dar una solución ágil hacia la costa y en ello, en desdoblarla y facilitar un acceso rápido y mejor a Torrevieja, a los dos alcaldes que más se juegan, Emilio Bascuñana, Orihuela; y Eduardo Dolón, Torrevieja, no van a ceder. Y ayer lo hicieron desde ámbitos distintos. A Bascuñana le faltó tiempo para responder a Llin cuando dejó caer un dato demoledor: por la supuestamente atestada CV-95 sólo pasan 9.000 vehículos al día (unos 400 vehículos por hora) y dijo que ese era un dato «medido por máquinas, no por personas», a lo que el regidor oriolano le contestó que «las máquinas no sufren para llegar a la costa». Bascuñana también dijo que Orihuela merece mejores accesos si se va a convertir en una parada estable del AVE.
En cambio, Eduardo Dolón se refirió en exclusiva al tramo que le preocupa: los 3,5 últimos kilómetros que meten cada día a miles de vehículos en la ciudad a través de la urbanización Los Balcones y el Hospital Universitario de Torrevieja para enlazar con la vía parque. Y este problema no es ni mucho menos nuevo, el subdirector general no pudo evitar una referencia a un anterior alcalde, a Pedro Hernández Mateo, quien dejó el cargo en 2012, cuando se refirió a las reuniones que ambos mantenían y en las que «yo le decía: ¿Pedro, por dónde tiro la raya?. Ya me gustaría, ya». Este antecedente no invita mucho al optimismo, aunque el Consell está haciendo esfuerzo por resolver el que es probablemente el acceso más infame de la ciudad, pero no el único. Según Llin, todas las vías para acceder a Torrevieja soportan la media de 25.000 vehículos/día.
Y, mientras Dolón y Bascuñana insistieron en que la CV-95 es una prioridad, el Consell no lo tiene tan claro y, de hecho, ha solicitado un estudio de viabilidad; es decir, saber qué dicen los técnicos sobre qué hace falta para esta vía. Desde la Conselleria de Infraestructuras, de hecho, ni siquiera se descarta un trazado alternativo o desdoblar sólo algunos tramos y está abierto a cualquier solución, aunque entiende que no será fácil ni barata y no se meterá en aquello que no sea necesario y en eso ya tiene a los regidores posicionados enfrente.
Arcadi España no sólo explicó las 40 inversiones por 16 millones de euros comprometidos desde la Generalitat para este año, también hizo un repaso a las obras que se realizaron en el último trimestre de 2019 tras la Dana, recordando que la mayoría se ejecutaron en un tiempo record, sino que hizo un somero repaso de todas ellas ante un auditorio que apenas tuvo queja, reproche o discusión más allá de lo ya explicado y de otras cuestiones que sacó a la palestra Bascuñana, quien también habló de mejoras para la CV-91 (Guardamar-Orihuela), y, en especial, en el tramo de Orihuela al Hospital Vega Baja, donde ni las ambulancias, dijo, pueden circular con normalidad entre resaltes y baja velocidad por las pedanías que atraviesa.
Otros asuntos
De paso, se habló de otros temas en la reunión, como las obras de la Dana o el Plan de Acción Territorial que, sin duda, será el documento que defina el futuro crecimiento de la comarca o el estudio informativo de la Plataforma Logística de San Isidro que se está configurando como una lanzadera de negocio en constante crecimiento. Junto al estudio de viabilidad de la CV-95, el conseller también se refirió al Plan de Movilidad para la comarca, «muy importante para agrupar y saber aunir todos los municipios que tienen una densidad de población muy grande y que presentan una estructura muy mallada».
PIlar de la Horadada y sus peajes en la AP-7
El alcalde de Pilar de la Horadada, José María Pérez. se refirió ayer a un problema al cual el conseller le admitió que no le puede dar solución, como es el hecho de que en la autopista AP-7 de Crevillent hasta Cartagena, los únicos peajes están en la Vega Baja y dos de ellos en su municipio. La posibilidad de suprimirlos es inviable, como admitió Arcadi España, quien dijo que las obras por concesiones a tan largo plazo no sólo hipotecan a la actual generación, sino a la siguiente. El alcalde de Orihuela terció para proponer que se busque una fórmula para que aquellos vehìculos de municipios afectados, y el suyo también lo es, puedan tener acceso al menos a algún tipo de bonificación si no existe la posibilidad de exención.
