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La huerta de la Vega Baja se convierte en suelo de interés para plantas solares

La cooperativa catralense presenta la segunda propuesta para un huerto fotovoltaico que registra la comarca en cinco meses

La huerta de la Vega Baja se convierte en suelo de interés para plantas solares

La Cooperativa Eléctrica Catralense ha presentado un nuevo proyecto de construcción de planta solar en un suelo de huerta tradicional. La inversión prevista supera el millón de euros para una potencia instalada de 1,815 MW. La instalación ocupará, en caso de ser autorizada por el servicio provincial de Industria, una superficie de 37.000 metros cuadrados. Es un proyecto de reducidas dimensiones, en el que se instalarán 4.508 paneles solares, pero importante para una cooperativa que depende exclusivamente del mercado para adquirir toda la energía que comercializa a sus socios y clientes. En caso de contar con el visto bueno de la Generalitat podrá contar con apoyo de producción propia. La propuesta está ahora en periodo exposición pública para la presentación de alegaciones.

La cooperativa eléctrica vecina de Callosa de Segura fue la que abrió camino y registró el primer proyecto de estas características en la Vega Baja, como avanzó este diario. Fue el pasado mes de enero. En el caso de Callosa de Segura la actuación, muy cercana a la catralense, contempla una inversión de 2,5 millones de euros para desarrollar una instalación solar fotovoltaica con 7.000 paneles en una parcela de 54.000 metros cuadrados.

Ambos proyectos están impulsados por un cambio legal de la Generalitat Valenciana aprobado a principios de 2019 que permite el desarrollo de estas instalaciones en suelo no urbanizable sin necesidad de tramitar una declaración de interés comunitario (DIC) -un instrumento legal complejo y que se obtiene tras años de tramitación- siempre que ocupen menos de cien mil metros cuadrados y la potencia de producción energética sea menor o igual a 5 MW y abarquen la parcela mínima exigible por el planeamiento urbanístico, no inferior a una hectárea. La segunda iniciativa de la firma es llamativa para una comarca donde se apuesta, sobre todo, por el cultivo intensivo en el interior y la promoción inmobiliaria.

Las instalaciones fotovoltaicas en la Vega Baja se han limitado a las cubiertas de las naves industriales y han despegado definitivamente para salvar, a golpe de autoconsumo, la situación de miles de viviendas en diseminados de la huerta que van a tener muy difícil contar con red de suministro eléctrico.

Protección de la huerta

Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) ya anticipó que la presentación del proyecto de Callosa de Segura podría «abrir la puerta» a una ocupación, a su juicio, «sin limitaciones» con este tipo de instalaciones en un territorio protegido como paisaje de relevancia regional en la legislación autonómica. AHSA ha alegado contra la propuesta de planta solar de Callosa y lo hará también para el proyecto de Catral -apenas separadas por unos cientos de metros en la huerta tradicional- porque «se plantean sobre un suelo con gran valor agrícola y paisajístico, además de ser terrenos inundables, según el Patricova». El portavoz de AHSA, Miguel Ángel Pavón teme que la huerta tradicional «terminara convertida en una instalación industrial» de producción de energía «al ser más rentable destinar los terrenos a este tipo de instalaciones que a su cultivo agrícola».

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