En su casa, y con una máquina de control numérico de corte de corcho diseñada por él mismo, el profesor de Ciclos Formativos de Grado Medio del Colegio Diocesano San José Obrero de Orihuela, José Ramón Cayuelas, está siendo capaz de hacer 20 veces más viseras para máscaras de protección que las que se imprimen en impresoras 3D. El material es el conocido poliespán, que se pone entre los tabiques como aislante térmico y acústico o en envíos donde es necesario conservar la temperatura. Un material sencillo que, sin embargo, está sirviendo para que sanitarios de la Vega Baja cuenten con una protección extra en su trabajo diario. No deja su humildad en ningún momento porque no se considera ningún «héroe» ni que esté haciendo más que otros «solo aportar mi granito de arena en esta situación en la que nos encontramos, junto a muchos otros de la comarca».
Cayuelas ya ha hecho más de 700 viseras con un corte de poliestireno (el poliespán) que permiten sujetar la lamina de acetato que llevan las pantallas protectoras. Médicos, enfermeros y otro personal sanitario del Hospital Vega Baja, así como policías locales de Orihuela y comerciantes conocidos suyos, están usando esas máscaras para protegerse contra en coronavirus. «La máquina de corcho la hice para utilizarla en mis clases, para hacer prototipos de muebles, y cuando empezó esta crisis sanitaria vi que se podía usar para cortar el poliespán y hacer viseras ya que es mucho más rápido que las típicas viseras hechas con impresoras 3D, que también hago», explica.
Sin roturas
Una impresora 3D tarda entre 50 minutos y una hora en imprimir una visera del mismo tamaño que las que José Ramón Cayuelas corta con la máquina de corcho, y que le permite hacer 20 viseras de poliespán en ese mismo periodo de tiempo. Además, su máquina de cortar no tiene el problema de las impresoras 3D que se rompen con un uso muy prolongado, como el que en estas semanas miles de personas están haciendo al tener sus impresoras día y noche conectadas e imprimiendo protecciones para sanitarios y policías.
Lo de ayudar a los demás no es algo que este profesor oriolano haya hecho solo ahora. Va con su carácter. Fue premio Importante de INFORMACIÓN en el año 2018 por la prótesis de brazo que hizo -junto al profesor del IES El Palmeral de Orihuela Fulgencio Bermejo- a una niña de Redován, usando una impresora 3D. «Esta pandemia ha sacado lo mejor de mucha gente, de los ciudadanos de a pie que han ayudado en lo que han podido».
Este profesor continúa haciendo estas viseras en su casa una vez que acaba las clases online que da a sus alumnos del colegio San José Obrero. A pesar de que la situación de la pandemia ha mejorado, los sanitarios siguen necesitando en muchas ocasiones protecciones aparte de las que ya tienen. «Contacté con un médico de Puente del Rey y con una amiga que es matrona y ellos las han distribuido entre el personal sanitario». En esta cadena solidaria no ha faltado la empresa de materiales de construcción Los Ruices que le dona a Cayuelas las planchas de poliespán para que pueda diseñar y cortar las viseras., a las que es necesario añadirle la lámina de acetato que hace las veces de protección y que se compra en cualquier papelería. «Yo las seguiré repartiendo a todo aquel que necesite estas protecciones», señala.
