La vida se sigue abriendo camino en los hospitales a pesar de la pandemia coronavírica. Desde el pasado 15 de marzo, nada más decretarse el estado de alarma en España, en el Hospital Universitario de Torrevieja han nacido 152 niños. Los más de 150 nacimientos durante el confinamiento avalan que el centro sigue con una actividad ordinaria en sus paritorios donde, según señalan desde el centro hospitalario, se mantienen todas las garantías de seguridad para los pacientes y profesionales frente al covid-19.

"El esfuerzo realizado por el Servicio de Ginecología y Obstetricia tanto en limpieza y desinfección como en medidas de seguridad ha permitido garantizar una asistencia humanizada e individualizada a las mujeres que han dado a luz durante este tiempo, adaptándose a los protocolos establecidos por la Conselleria de Sanidad", asegura el hospital gestionado por Ribera Salud. A la llegada al área de paritorio, antes de entrar el personal sanitario, se realiza a la futura mamá una pequeña entrevista clínica para descartar sospecha de coronavirus. Además, se le toma la temperatura. “Se proporcionará al acompañante material de protección individual al entrar, debiendo de llevarlo durante todo el proceso, salvo que se indique lo contrario. Es importante mantener la distancia de seguridad recomendada con el personal sanitario así como evitar tocar superficies”, explica Eduardo Cazorla, jefe de servicio del Hospital de Torrevieja.

El centro hospitalario ofrece la aplicación de la analgesia epidural las 24 horas del día y los 365 días del año a las mujeres que lo deseen, salvo contraindicación médica. El Hospital de Torrevieja dispone de seis salas de dilatación y recuperación, dos paritorios y un quirófano de urgencias obstétricas y ginecológicas. Asimismo, el paritorio del centro da una atención personalizada en función de la necesidad de cuidados que precise cada usuario "y respetando en todo momento la dignidad, autonomía y derecho a la intimidad" de las personas que acuden a este servicio.

También ofrece la atención al parto natural, reduciendo el número de intervenciones al mínimo necesario para garantizar la seguridad de la madre y del futuro bebé, y sus profesionales fomentan el contacto piel con piel de la madre y el padre con el recién nacido, además de instruir a las madres en el inicio de la lactancia materna dentro de las dos primeras horas de vida del recién nacido. Una vez iniciada la lactancia materna en el propio paritorio, la madre es trasladada a la planta de hospitalización, también a una habitación individual, donde recibe la visita de los profesionales que asistieron el parto y donde es atendida por el personal de enfermería.