Más tráfico en el centro del casco urbano, primeros problemas de aparcamiento, gente sentada tomando el sol y (la primera cerveza) en las terrazas -algo incompatible con las mascarillas-, más peatones en las calles... una imagen que se acerca a la úlitma de la antigua normalidad. Aquel 11 de marzo donde ya se atisbaba que todo iba a cambiar.
Torrevieja, Orihuela, Pilar de la Horadada o Guardamar amanecieron ayer recreando su vocación turística y de servicios, también con el pequeño comercio abierto, aunque con la anomalía de las colas los accesos y ayudada por el mejor sol que puede dar el Mediterráneo en mayo.
Pero muchos locales de hostelería de Torrevieja, alguno de los más populares y concurridos antes de la pandemia, han decidido, directamente, no abrir sus puertas. En otras terrazas del centro los empleados trabajaban a fondo en la preparación de las sillas y mesas y en la limpieza con equipos especiales. La mayoría ha abierto con distintas variables. Los hay que han querido demostrar a su clientela que cumplen y han retirado las mesas que sobran -el 50% de las que tuvieran instaladas la temporada anterior-. Algo que no solo da sensación de cumplimiento ante los ojos de quien pueda estar vigilando. También ofrece seguridad y una tranquilidad desconocida a unos clientes acostumbrados a la aglomeración -prácticamente a tomar su consumición a codazos con el vecino-. Ahora que llega la nueva normalidad es evidente que había cosas que no eran normales.
Por ejemplo, la falta de carriles bici, aceras amplias y espacios peatonales en la mayor parte de las ciudades de la comarca, a excepción de los paseos junto al mar -casi dispuestos para su aprovechamiento económico para la hostelería y el comercio-.
Otros, jugando con la interpretación de la norma, han dejado en su sitio las mismas mesas y sillas, dando a entender que solo se permitirá ocupar la mitad -tampoco va a haber nadie para comprobarlo y la norma improvisada casi al día no dice nada al respecto-.
Y por último están quienes optan por la picaresca para recuperar lo perdido en dos meses sin campaña de Semana Santa ni dos puentes que suelen ser muy productivos en la hostelería: han ampliado el espacio a costa del que es necesario para el paso de peatones. Es algo que ha ocurrido hoy mismo de forma puntual en alguna de las grandes terrazas del paseo de Juan Aparicio, donde las mesas y la sillas estrechan el pasillo de paso peatonal entre las rocas y las terrazas, cuando más necesario es "oxigenar" los espacios peatonales.
Torrevieja solo cuenta con dos policías para supervisar que se cumple la normativa de ocupación de vía pública. Ambos en horario de mañana, aunque los agentes que patrullan de forma ordinaria en esta zona también pueden velar por el cumplimiento de la normativa a la que se añaden las condiciones espaciales del estado de alarma. El concejal del área Federico Alarcón ha querido hoy mostrarse prudente a la hora de valorar cómo se están adoptando esas medidas. Alarcón ha recordado que la legislación improvisada en unos días no es especialmente clara.
Por ejemplo, indica que son necesarios dos metros de separación entre mesa y mesa pero eso no afecta a las sillas. "Si nos damos cuenta en una distribución casi normal esa distancia ya se da". También ha indicado que no acaba de entenderse que si se cumplen esos dos metros de distancia en el mismo espacio de ocupación de vía pública por qué el hostelero debe reducir al 50% su aforo al que tenía dispuesto el año pasado en la misma temporada. Alarcón aclaró que el Ayuntamiento trabaja para incrementar el número de agentes que supervisen las terrazas y que tramiten las peticiones de ampliación y agregó que le parece extraño que a algún empresario le haya dado tiempo a solicitar esa ampliación, en alusión a los casos de ampliación detectados ya en los paseos. También dijo que no hay nada en la norma que impida a los empresarios ubicar todas las mesas que tenían antes si sólo se van a utilizar la mitad en algo que "la gente tiene que tener en cuenta antes de pensar que se está incumpliendo."
El sudoku de los departamentos
Otras rutinas del estado de alarma no han cambiado. Por ejemplo, las colas en bancos, supermercados y otros establecimientos no solo están produciendo, son más largas y las esperas, también. Y existe mucha confusión entre los ciudadanos sobre las franjas para realizar los paseos. No acaban de entender cómo hay que respetar esos horarios pero al tiempo se puede comprar o sentarse en una terraza sin limitación horaria. Por no hablar de los desplazamientos en vehículo y si están justificados fuera del departamento de salud. En este punto muchos vecinos de la Vega Baja van a aprender geografía a marchas forzadas. Porque son 27 municipios y la mitad está en el departamento de Orihuela y la otra mitad en el de Torrevieja y algunos municipios comparten calle en departamentos distintos. Hasta el punto que algunas policías locales como la de Orihuela ha tenido que hacer su propia interpretación gráfica de la situación:
