La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) está rematando las obras de consolidación del azud del cauce de la rambla de Abanilla en Benferri. La avenida de este peligroso barranco fue la principal causa de daños materiales durante la DANA de septiembre de 2019 en el norte del casco urbano de Orihuela -inundó barrios y el principal polígono industrial de la ciudad- y Benferri. La inversión realizada con carácter de emergencia desde finales del año pasado con dos millones de euros ha permitido consolidar los taludes de ambos márgenes del barranco, que en tres días evacuó 20 hectómetros de agua de lluvia en Orihuela y el norte de la Vega Baja con picos de hasta 400 metros cúbicos por segundo.

El brutal arrastre de la rambla provocó uno de los daños materiales más espectaculares de la DANA de la Vega Baja: la imagen de cientos de coches amontonados, flotando de una concesionaria que cuenta con aparcamientos en su cuenca vertiente. Las obras no resuelven, ni de lejos, el problema que genera este torrente. El barranco nace en las inmediaciones de la Sierra del Carche y recorre Abanilla y parte del límite entre las provincias de Alicante y Murcia como río-rambla Chícamo. La intervención solo garantiza que los efectos de una nueva gota fría no resulten más catastróficos todavía. Estas obras permiten, por ejemplo, evitar que una nueva riada no se lleve por delante el cementerio de Benferri. Fuentes cercanas al proyecto no se explican cómo el municipio benferrejo no solo mantiene el camposanto al borde del barranco, sino que su ampliación la realizó también en este punto. El cementerio quedó a centímetros de venirse abajo por el caudal -no hubiera sido la primera vez en su historia- y también generó daños en muchas viviendas del municipio.

La CHS, en coordinación con la Generalitat Valenciana a través del plan Vega Baja RenHace está considerando distintos proyectos a la hora de resolver el catastrófico impacto de la rambla de Abanilla en Orihuela. La primera propuesta que se va a abordar ya es polémica: generar infraestructuras de laminación pero también desviar una parte del caudal al norte de la comarca a través de los azarbes de la Rambla y el Convenio lo que trasladaría el problema a municipios como Granja de Rocamora, Albatera, San Isidro o El Hondo, además del tramo final del río Segura en Dolores, San Fulgencio y Guardamar en el encuentro de las azarbes con el cauce antiguo.