La Guardia Civil ha sancionado a siete jóvenes de entre 19 y 32 años por montarse una fiesta en las zonas comunes de una urbanización de Guardamar de Segura, incumpliendo así todas las restricciones que dicta el estado de alarma por la crisis del coronavirus. Fue la llamada telefónica de un particular la que alertó a los agentes, que al llegar al lugar, junto a la piscina, sorprendieron a los individuos celebrando una fiesta de cumpleaños en las zonas comunes de la urbanización, donde no faltaban bebidas alcohólicas, barbacoa y vestimenta festiva.

Todos ellos fueron propuestos para sanción por incumplir el decreto. Estos días las autoridades están concienciando a la población para que cumpla el confinamiento también dentro de espacios privados donde puedan producirse aglomeraciones, como pueden ser las azoteas de los edificios o los espacios comunes de las urbanizaciones, ya que también pueden ser focos de contagio.

En estos casos las sanciones se aplican por igual aunque el tránsito no se produzca en la vía pública. En varios municipios como Elche están intentando paliar este tipo de comportamientos incívicos y por lo tanto hay drones que sobrevuelan las zonas de difícil acceso para las patrullas como las dunas de la playa o incluso las azoteas de los edificios. Hace unas semanas ya se produjo uno de los primeros incumplimientos desde una terraza de Dénia, donde multaron a dos vecinos que jugaban a la pelota en la zona comunitaria de una finca de Marqués de Campo.

Robo de cítricos

La Guardia Civil también ha tenido que sancionar estos días a dos hombres que se habían saltado el decreto por el estado de alarma para robar 30 kilos de naranjas y limones en una propiedad privada de La Llosa de Camacho, en La Marina Alta. Los agentes del Equipo contra el Robo en el Campo (ROCA) de Calpe, recibió el aviso de que en un terreno agrícola se estaba cometiendo un posible hurto. Al llegar a la finca, los agentes sorprendieron a dos hombres que estaban cogiendo naranjas y limones e introduciéndolos en el maletero de un turismo. Lo más singular vino después, cuando los agentes les preguntaron por qué habían salido de su domicilio. Uno de ellos manifestó que «él solo se regía por la Ley Universal» y que los códigos y demás normas del Estado Español no le afectan, porque «su ley está por encima de todo».

Sobre el hurto, ambos manifestaron que en el terreno no habían visto ningún cartel de propiedad privada, por lo que se entendía «que el fruto es propiedad de todo el mundo» y que podían cogerlos de los árboles.