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El PP de Orihuela cierra su céntrica sede en la Plaza Nueva por falta de recursos económicos

Entre los motivos de la insolvencia se encuentra el impago de las aportaciones al partido de algunos ediles y asesores de su grupo municipal. Es la segunda vez, en menos de tres años, que los populares de la ciudad se quedan sin un local físico

Remolque cargado con sillas y mesas de la ya exsede del PP durante el desalojo esta semana. rubén míguez

Por segunda vez en menos de tres años el Partido Popular (PP) de Orihuela se ha quedado en la calle, sin sede. Los populares han desalojado el inmueble de la céntrica Plaza Nueva que ocupaban desde el mes de enero de 2018, tras haberse tenido que marchar de la histórica sede de la Avenida Príncipe de Asturias en mayo de 2017. La falta de recursos económicos para asumir el alquiler del local sería el motivo por el que la ejecutiva del PP de Orihuela ha decidido tomar la decisión de cerrar su sede y quedarse sin local en la ciudad para la celebración de sus reuniones y comités.

Este diario trató de contactar ayer con el presidente del PP local, Dámaso Aparicio, sin éxito, aunque fuentes cercanas a su ejecutiva señalaron a este diario que entre los motivos de la insolvencia de las arcas de los populares oriolanos estaría el impago por parte de algunos concejales y asesores del PP en el Ayuntamiento de las aportaciones que deben pagar, como aprobó su ejecutiva en julio de 2017. Estas aportaciones estarían obligados a pagarlas los nueve ediles que forman el grupo municipal del PP como cargos públicos (70 euros al mes) y sus asesores en el consistorio que sean afiliados del partido (50 euros mensuales). Algunos de los ediles y asesores mantendrían una importante deuda con su partido.

La sede de la Plaza Nueva cerró sus puertas el pasado 29 de febrero, aunque ha sido durante esta semana cuando miembros de la ejecutiva local y algunos militantes han realizado la mudanza de todo el mobiliario, que se han ido llevando en un remolque. Mesas, sillas y otro mobiliario de oficina que permanecerá guardado hasta que el PP decida instalarse en otro local o permanecer como «nómadas» tras desalojar la sede en la que han estado dos años. Las cuentas del partido, actualmente, no permiten mantener un alquiler que conlleva también otros gastos como luz y agua. Las mismas fuentes señalaron que con las cuotas de los militantes no es suficiente para afrontar esos pagos.

La agrupación popular de Orihuela es, sin duda, una de las mayores del país en número de afiliados. La formación dice contar con más de 7.000 afiliados aunque solo una séptima parte pagarían su cuota, como evidenció su proceso electoral de 2017, aunque ahora serían bastantes menos los que están al corriente de los 20 euros de cuota. La capital de la Vega Baja ha sido, tradicionalmente, un granero de votos del PP, aunque en los últimos comicios obtuvo su peor resultado electoral, a pesar de ganar las elecciones -eso sí, sin mayoría absoluta, lo que le obligó a pactar con Cs para mantener la alcaldía-.

División interna

La fuerte división interna en el partido entre la ejecutiva liderada por el edil Dámaso Aparicio y gran parte de sus concejales con el alcalde, Emilio Bascuñana a la cabeza, es motivo de importantes desencuentros y enfrentamientos y han desembocado en esa mala situación económica que atraviesa el partido a nivel local. Aparicio y Bascuñana están enfrentados políticamente.

El impago de las aportaciones por parte de algunos ediles y asesores viene de lejos. En mayo de 2018 el PP de Orihuela celebró una tensa reunión de su ejecutiva al poner encima de la mesa la deuda que mantenían los militantes que ostentan cargos públicos y los asesores. Por aquel entonces, Aparicio puso sobre la mesa una deuda de unos 1.600 euros de cuotas impagadas por parte de ediles y de unos 5.000 euros de los asesores de los populares, con la intención de que la ejecutiva aprobara enviar a los deudores un requerimiento de pago. Ya en abril de 2019 el comité de dirección del PP de Orihuela elevó al Comité de Derechos y Garantías de su partido un escrito en el que pedía que se abriera un expediente disciplinario a varios asesores del grupo municipal, afiliados del partido, por el impago de esas aportaciones, y ponía de relieve que solo dos de los ocho asesores afiliados al PP estaban al día del pago y el resto debían un total que sumaba casi 6.000 euros. Estas aportaciones son diferentes a las cuotas de afiliación, recordaban entonces desde la ejecutiva.

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