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La Generalitat solo contempla rotondas para la CV-95 y no la duplicación de la carretera

Una respuesta del conseller de Obras Públicas Arcadi España a un diputado del PP desvela que no hay partida presupuestaria para el desdoblamiento, a pesar de los 50.000 euros consignados en 2019 para estudiar su viabilidad

Última rotonda ejecutada en la CV-95, en la intersección de acceso este a la localidad de Jacarilla, habilitada el pasado mes de noviembre. T. Sevilla

Rotondas y conservación del vial. En eso se irá el presupuesto consignado este año por la Generalitat para la carretera CV-95, que une el interior de la comarca, desde Orihuela, con la costa, en Torrevieja. Es una de las vías más transitadas de la Vega Baja y también de las que sufren mayor siniestralidad. La solución para acabar con la inseguridad por parte del Consell son las rotondas que ya jalonan esta carretera, y que producen una lentitud mayor del tráfico.

La comarca urge el desdoblamiento que no llega y que parece no va a llegar en mucho tiempo. Así, al menos, es lo que desvela una respuesta del conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, a una pregunta realizada por el diputado del PP en Las Cortes Valencianas, Fernando Pastor, sobre las actuaciones previstas por la Generalitat en las carreteras autonómicas que discurren por la Vega Baja. A la CV-95 solo la nombra tres veces para anunciar una rotonda en la intersección con la CV-951, en San Miguel de Salinas y dos actuaciones de mejora de seguridad vial en la intersección de la urbanización Vistabella de Jacarilla y en la intersección con la CV-945 en Orihuela. Pero nada de su duplicación. La Generalitat llegó a consignar 50.000 euros en los presupuestos de 2019 para realizar un estudio de viabilidad de la duplicación de la CV-95 entre Orihuela y San Miguel de Salinas, algo que se reivindica desde hace 30 años. Pero nada se sabe de ese estudio.

Serán un total de cinco las glorietas en la CV-95 entre Bigastro y San Miguel de Salinas, en una vía con un carril por sentido. Entre San Miguel de Salinas y el acceso a la N-332 en Torrevieja -donde finaliza esa vía- son hasta siete las glorietas que deben atravesar los conductores. Y entre Orihuela y Bigastro hay otras tres rotondas. En total, un conductor que salga de Orihuela a Torrevieja o viceversa se encontrará con 15 glorietas y debe tener mucha paciencia para no desesperarse. El Consell ha optado por la construcción de rotondas para mejorar la CV-95 a falta de la reivindicada duplicación que una Orihuela con Torrevieja, eliminando varios cruces que se habían convertido en puntos negros con muchos accidentes. Sin embargo, las continuas glorietas, si bien mejoran la seguridad vial, ralentizan el tráfico y los sufridos conductores tardan unos 45 minutos, en el mejor de los casos, en recorrer los 35 kilómetros que separan Orihuela de Torrevieja, las dos ciudades con mayor población de la Vega Baja y que tienen una pésima comunicación a pesar de su alta densidad de población y la movilidad existente entre ambas localidades.

El borrador del Plan de Acción Territorial especifica que el eje entre Torrevieja y Orihuela es el que registra mayor movilidad de vehículos diarios en la Vega Baja con entre 35.000 y 50.000 viajes diarios, la mayoría desde la CV-95, y la autovía a través de la CV-90, y, en menor medida, por la CV-91. La solución para muchos es esa vía rápida tan reivindicada.

Fiasco

El proyecto para convertir la CV-95 en una autovía que vertebrara la Vega Baja desde el interior a la costa fue un fiasco. El PP, entonces en el gobierno de la Generalitat, adjudicó en 2007 a una UTE la construcción del proyecto que en gran parte discurría por ese trazado, aunque ocupaba otras zonas. El Tribunal Superior de Justicia lo tumbó por carecer de evaluación de impacto ambiental tras el procedimiento abierto por los propietarios del suelo a los que afectaban los trabajos. La crisis económica terminó por rematar la adjudicación por 95 millones de euros y una concesión por 30 años que pretendía financiarse con el «peaje en sombra»: la Generalitat pagaría a la concesionaria en función del cálculo de paso de vehículos.

El TSJ, además, condenó a la Generalitat en 2017 a pagar 9,5 millones de euros a la unión de empresas formada por Construcciones y Estudios, Luis Batalla, Rover Alcisa, y Torrescámara en concepto de indemnización por la rescisión en julio de 2012 del contrato para construir la autovía CV-95 por parte de la Conselleria de Infraestructuras, entonces dirigida por la popular Isabel Bonig, actual presidenta del PPCV, quien anuló el proyecto tras no alcanzar un acuerdo con las empresas sobre la indemnización.

La conselleria reconoce que la Vega Baja soporta casi el 40% del tráfico de toda la provincia de Alicante

La administración autonómica señala que la densidad de vehículos por kilómetro supera un 50% la media provincial

Aunque la red de carreteras autonómicas que discurren por la Vega Baja supone solo el 26% de toda la provincia de Alicante, estos viales soportan casi el 40% del tráfico provincial. Así lo reconoce el conseller de Obras Públicas, Arcadi España, en la respuesta a la mesa de Las Cortes tras una pregunta del diputado del PP Fernando Pastor sobre las actuaciones que van a tener lugar este año en las carreteras competencia de la Generalitat en la Vega Baja, tras constatarse que son las que más siniestralidad sufren. España, añade, que en cuanto a la densidad del tráfico, la comarca supera casi en un 50% la densidad media provincial -2,60 vehículos de media por kilómetro en la Vega Baja frente a los 1,78 de media provincial-.

El conseller destaca, como actuaciones finalizadas desde la pasada legislatura, la rotonda de la CV-919 en Redován, refuerzos de firme, pasos sobreelevados en Algorfa, mejora de acceso a Dolores, acondicionamiento de la travesía de Callosa o rotondas en la CV-95, entre otras. Además, indica que están en ejecución la CV-925 con CV950 y CV-949 en Orihuela y la mejora de la seguridad vial en el acceso este de San Miguel de Salinas. En cuanto a las actuaciones previstas y presupuestadas destaca la rotonda CV-91 en La Campaneta, otra en la CV-941 en San Miguel y la de la CV-95 en esa misma localidad, así como una banda ciclopeatonal en la CV-925 en Hurchillo o una rotonda en la CV-945 en Los Montesinos. La mayor parte de las actuaciones, señala el conseller, se van a realizar en el marco de los contratos plurianuales de conservación de la red viaria autonómica. El importe previsto en el presupuesto de la Generalitat de 2020 para la mejora y conservación de las carreteras en la Vega Baja es de 13,8 millones de euros.

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