Espero que no, pero quién sabe si el día de mañana me echo al monte, como hiciera Girón de Velasco, buscando «rojos» a los que tirotear con una escopeta de feria; sí, de esas que fallan más que los políticos! Lo cierto y verdad es que el diputado autonómico, de Compromís, Josep Nadal -a saber, Pepe Navidad, para los castellanoparlantes- me ha hecho dudar y preguntarme algunas cosas, como ¿seré un fascista?; ¿seré, tal vez, un asesino?; ¿un carcelero?.

Antonio Fraguas, «Forges», se adelantó al señor Navidad y en sus viñetas en El País ya hablaba de carceleros, a los que llamaba «hijos de la Inquisición». ¿Sabrá el señor Navidad, que, por cierto, es alicantino de Pego, donde nació un 28 de abril de 1977 -casi dos años después de la muerte del general Franco, por lo que de represaliado del franquismo creo que debe tener poco- qué fue la Inquisición? ¿Sabrá quién fue Forges? Supongo que sí, porque él, don Navidad, es, según su currículum vitae, «cantante (rock, punk, reggae, ska y folk), compositor, político (fue concejal en su pueblo), activista social y filólogo español» -sí, he dicho filólogo español, no catalán/valenciano-, por lo que hablamos de «un cultureta» que debería conocer al genial dibujante madrileño, que tradujo al catalán su apellido -Fraguas- para dar a entender que los catalanes son tan españoles como los madrileños?.

Así las cosas, el señor Navidad me ha dejado más tocao/sonao que las maracas de Antonio Machín. ¡Sí, joer! ¿seré un asesino por hablar castellano/español; o sea, la misma lengua que hablaron Miguel Hernández, el también poeta oriolano Joaquín Más Nieves, el abogado Tomás López Galindo, el músico bigastrense Joaquín Grau, el imaginero albaterense Valentín García Quinto y el escultor/imaginero pilareño Sánchez Lozano o el profesor benejucense Antonio Sequeros e incluso el alcalde covero de Rafal, Manolo Pineda, aunque éste lo hará, seguro, en la intimidad, porque él se siente valenciano de Benicarló? Según publicó en su cuenta de twitter el señor Navidad, quienes hablamos en castellano y defendemos la utilización y la enseñanza de esta lengua en la Vega Baja somos «carceleros, asesinos y fascistas», palabras que dirigió -según leí en el periódico- a los miembros de la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística. Salvando las distancias, claro está, porque las comparaciones siempre son odiosas-, ¿podremos hacer nuestro el slogan del movimiento «Me too» (Yo también)? ¡Yo también hablo castellano! De lo que se trata, según la citada plataforma, es de defender «el cumplimiento de la Ley», que, mientras que no se demuestre lo contrario, está vigente, y el derecho de las familias a elegir la lengua en la que quieren que sean educados sus hijos, lo que parece no gustar al señor Navidad. Pero el mosqueo/cabreo de los de Compromís va más allá de lo que ha dicho don Navidad, hasta el punto de que Mónica Oltra, vicepresidenta del Govern del Botanic -Gobierno del Botánico, para «los asesinos/fascistas/carceleros» que hablamos castellano/español-, considere que los 20.000 vecinos de la Vega Baja que acudieron a la manifestación celebrada en Orihuela, el pasado 18 de enero, para defender la enseñanza en castellano se posicionan «en contra del conocimiento» y «se alinean con Millán Astray». ¡La virgen santa! ¡Hombre, que yo diga una tontería podría tener un pase, pero que la diga la máxima representante de Compromís y vicepresidenta del Consell es para preocuparse y para que Quino I de Morella se lo haga mirar!, porque ¿en manos de quién estás Joaquinito? No hay mayor verdad que las que acuñaron Groucho Marx, «es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente» o aquella de Sócrates, «sólo sé que no sé nada», y eso es lo que le pasa a Moniqueta, que no tiene ni idea de lo que dice. ¡A ver si vamos a tener que mandarla al rincón a pensar! Hombre, si tengo alguna similitud con Millán Astray es que hice «la mili» en el Ejército del Aire -AGA- y él fue uno de los fundadores de la Legión. Además, «el general legionario» fundó Radio Nacional de España y yo trabajé en ese medio. Dicho lo dicho, ¿seré fascista?, ¿asesino, tal vez? ¡Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no muero! ( Santa Teresa de Ávila).