La Generalitat ha reactivado el expediente que abrió en 2015 para ampliar el catálogo de zonas húmedas protegidas de la Comunidad, que creo en el año 2002. En la Vega Baja contempla incorporar todo el ámbito del embalse de La Pedrera. Un espacio artificial terminado en 1980, principal reservorio de agua dulce de la provincia, y que se ha convertido en refugio de avifauna. Algo que valorado positivamente por los colectivos ecologistas.

La singularidad de este desbloqueo es que no solo propone proteger. También desproteger. La Generalitat impulsa descatalogar una parcela incluida en la zona húmeda de la desembocadura del río Segura de Guardamar en la que el Ayuntamiento autorizó la construcción de un centro comercial sobre una parcela de unos 35.000 metros cuadrados, junto al cauce viejo. Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) denunció las obras en 2004 ante el Seprona. Pese a que afectaba a suelo protegido y suponía una delito contra la ordenación del territorio, la denuncia no prosperó.

«Estamos en contra de la descatalogación, con la que parece perseguirse la legalización de una licencia municipal que nunca debió darse al prevalecer el catálogo de zonas húmedas sobre el planeamiento municipal», según el miembro de este colectivo Miguel Ángel Pavón: «la prevalencia del planeamiento municipal sobre el autonómico puede considerarse ilegal», añadió.

La Generalitat no aclara el motivo de la descatalogación. El pasado verano el Ayuntamiento impulsó una «revisión de oficio» de la licencia. La parcela, con su edificio, está incluida, además, en la cartografía de riesgo de inundación de la Generalitat (Patricova) en el ámbito de peligrosidad elevada,y un periodo de retorno (frecuencia) de 100 años.