Los padres y madres del Colegio Dama de Guardamar no quieren que se dé ocasión a que a los barracones a los que acuden sus hijos, y que hacen las veces de centro educativo, «les pasen más cosas» y se van a movilizar por agilizar la construcción del centro. Algo que van a exigir a la Generalitat. En abril de 2019 un incendio destruyó parte de los barracones. El siniestro se produjo de madrugada. Una manga marina -un tornado procedente del mar- al tocar tierra se llevó por delante parte la estructura y tejados de los módulos prefabricados, durante la DANA de septiembre. Las clases para sus casi 300 alumnos se habían suspendido el día anterior, de no ser así la «maguera» se hubiera encontrado con el centro en pleno horario lectivo. Ahora, con las lluvias torrenciales de este invierno atípico y de borrasca «Gloria», los tejados se cuajaron de goteras.
Y es que son once años en barracones, desde el curso 2010-2011. El Dama de Guardamar fue creado exclusivamente en prefabricadas, «especialidad» de la Generalitat de la década de los 90 y los 2000 para asumir la demanda escolar. Los padres ya no saben qué más hace falta para que la Conselleria actúe. El Consell, que siempre recuerda que «heredó» 28 centros en barracones en toda la Comunidad en 2015, los ha desterrado en la Vega Baja donde eran endémicos: Es el caso de La Encantá de San Fulgencio, el IES Playa Flamenca y el Colegio Playas de Orihuela. Pero se le ha atragantado el «Dama de Guardamar» y Colegio Amanecer de Torrevieja (2004). Ambos ostentan el dudoso título de ser de los más «antiguos» de la Comunidad en barracones.
Las goteras han sido reparadas por parte del personal de Algeco - empresa que alquila estos módulos prefabricados a Educación desde hace décadas-. La Conselleria insiste en autorizar este tipo de trabajos con los alumnos en clase y una traviesa se descolgó dentro de un módulo prefabricado en un aula de 4º de la ESO. Los alumnos se encontraban en el interior. «Esto nos recuerda una vez más la fragilidad de esta edificación. No queremos ser alarmistas-indica la junta directiva de la AMPA- pero tampoco meros espectadores». La comunidad escolar cree que para la Generalitat «la seguridad y el mantenimiento permanente» de un colegio levantado con estos mimbres debería ser «una obsesión».
Proyecto de ejecución
El AMPA se pregunta si para el conseller de Educación, Vicent Marzà y el secretario autonómico de Educación, Miquel Soler, la construcción del colegio de «ladrillo» es una «prioridad». Soler se congratulaba en Twitter el pasado mes de diciembre de una información que anunciaba la aprobación del proyecto de ejecución y que señalaba que la licitación sería una realidad... en enero de 2020.
La licitación es el procedimiento por el que la contratación de las obras - presupuestadas en 8 millones de euros y 14 meses de plazo de ejecución- son sacadas a concurso para que las empresas interesadas presenten sus ofertas a la baja. Una vez valoradas por la administración educativa se adjudican y se construye. Los padres siguen esperando.
