Catral volvió a reunir ayer a miles de personas en la que, sin duda, es una de las romerías más multitudinarias no solo de la Vega Baja, sino de toda la provincia. La imagen de Santa Águeda presidió ayer la eucaristía celebrada en la iglesia de los Santos Juanes y, tras el rezo, fue trasladada a su ermita acompañada por miles de romeros, entre los que se encontraban las reinas y damas del municipio, autoridades locales y feligreses, muchos con los trajes típicos. El evento, declarado de Interés Turístico Provincial, resalta la devoción que el municipio tiene a la santa a la que se le atribuye una faceta protectora de las enfermedades relacionadas con los pechos (a Santa Águeda le cortaron sus senos) y, en general, de todas las mujeres.

La romería de Santa Águeda tiene un carácter religioso pero también festivo, pues atrae a familias que buscan degustar deliciosos dulces artesanales y revivir una tradición centenaria. El son de la dulzaina y el tamboril, seguida por la banda de música de Catral, animó el camino de cerca de dos kilómetros que separa la iglesia parroquial de la ermita. El recorrido en sus engalanadas calles está jalonado de puestos de dulces donde se pueden degustar las últimas pastillas de turrón o las conocidas bolas de caramelo, «Bolicas de Santa Águeda», que compran los romeros en su camino a los artesanos que se desplazan de toda la provincia, triunfando el turrón de Xixona. Y no fueron pocos los que se llevaron la conocida como «pesá», que consiste en un paquete de dulces de toda clase que se regala a una persona querida.

La devoción y el fervor invaden a esta localidad huertana donde no ha faltado la diversión en estos días de fiesta que ayer terminaron. El buen tiempo animó a muchos a acercarse este año a vivir la romería y propició que fuera de las más multitudinarias que se recuerdan en el municipio, donde se instalaron cerca de 200 puestos.

Santa Águeda fue una virgen y mártir siciliana del siglo III. Los fieles más devotos encuentran en la romería un motivo para agradecer favores recibidos depositando los exvotos que todavía se venden en los accesos a la ermita, destacando las figuras de cera que simbolizan los pechos femeninos. Tampoco faltaron los besos a los pies de la imagen de aquellas mujeres que le agradecen su buena salud y de quienes le piden que la sigan manteniendo. También son muchos los agricultores que se encomiendan a ella para implorar cosechas abundantes. La celebración está considerada como una de las tradiciones seculares más emblemáticas de la provincia.

Almuerzos

La llegada a la ermita fue celebrada con mucha devoción por parte de los romeros y también de las muchas personas que decidieron acudir directamente al final del recorrido. La ermita siempre se queda pequeña para acoger a todos los devotos que se congregan en la plaza mientras la imagen entra bajo los sones de los himnos. Como manda la tradición, las familias del municipio se reunieron después para celebrar almuerzos en los que no faltaron algunos clásicos de la gastronomía catralense, como el cocido con pelotas o el arroz con conejo.