La Cofradía de Pescadores de Torrevieja facturó 3.434.880 millones de euros en el ejercicio de 2019, datos que suponen un descenso de1,6 millones comparado con el mismo periodo de 2018, en el que las ventas en subasta de la lonja que gestiona el organismo en el puerto superó los cinco millones de euros. La mayor parte de la rebaja en el volumen de facturación en primera venta se puede atribuir, según las estadísticas de la Cofradía, a un acusado descenso de capturas de boquerón. Es, con diferencia, la especie de pescado azul más apreciada y con mayor valor en el mercado.
En 2018 la flota de cerco, que tiene Torrevieja como su puerto base, desembarcó 1.441 toneladas de boquerón, lo que se tradujo en un valor en la subasta de 2,7 millones de euros. Esa cifra ha caído hasta las 565 toneladas en el ejercicio que acaba de concluir, con un reflejo en la facturación de solo 1,3 millones de euros. El decenso en las toneladas de boquerón desembarcadas es de un 61%. Un auténtico batacazo para la especie estrella de la lonja de Torrevieja.
Aunque con menos intensidad, la misma secuencia se ha repetido con las capturas de sardina: Fueron 846 toneladas en 2018 y se han quedado en la mitad en el pasado año: 846. Una rebaja del cincuenta por ciento que se traduce en una pérdida de 800.000 euros en ventas, pasando de 1,8 millones a un millón.
No es fácil señalar los motivos del descenso de capturas de boquerón y otras especies de pescado azul como la sardina. Tanto su sobreabundancia como escasez no se vinculan a factores concretos, y menos con un periodo de tiempo tan corto.
La campaña de boquerón comienza a finales de verano y se prolonga hasta finales de diciembre. En septiembre alcanzan la talla legal para ser capturados. Aunque en algunas temporadas las capturas se han podido extender a los primeros meses del año o adelantar al mes de agosto. Durante 2019 la flota de pesca de cerco se mantuvo durante más jornadas amarrada por el mal tiempo, en especial a causa de la gota fría de mediados del mes de septiembre. Momento en el que que comienza a capturarse el boquerón con más intensidad.
La DANA provocó la presencia de una gran cantidad de limos de arrastre del río Segura y de las ramblas de Orihuela Costa durante días en las aguas del mar, aunque esa aportación se disuelve a escasos kilómetros de la costa. Sin embargo, no es un cambio sustancial. Las capturas ya habían escaseado antes y escasearon después.
Todo el volumen de facturación de la lonja de Torrevieja, una de las más importantes del litoral mediterráneo español en desembarco de capturas de pescado azul, se concentra en la presencia en media docena de especies: el boquerón, la sardina, la melva, la bacoreta y la alacha.
Valor comercial
La bacoreta ha sido la que ha salvado los muebles de las cifras de facturación del puerto pesquero en 2019. La flota ha desembarcado 289 toneladas mientras que en el ejercicio anterior fueron solo 24 toneladas. Algo que ha permitido unas ventas por un importe de 529.000 euros. Por su parte, la alacha es la que menor valor comercial pero es la que ha experimentado el mayor ascenso en volumen de capturas en el último año: Pasando de las 189 en 2018 a las 279 en 2019, pero solo sumó 144.000 euros a las cifras de ventas de la lonja.
A la subasta de Torrevieja acuden tanto grandes mayoristas murcianos, como cadenas de supermercados, minoristas y algunos de los restaurantes de la Vega Baja. No hay subasta de pescado blanco. El único arrastrero y la pequeña flota de artes menores desembarcan en Santa Pola.
Pese a estos resultados una parte importante de la flota de cerco murciana, de Almería y en ocasiones, Málaga, sigue confiando en el puerto pesquero de Torrevieja para fijar su base, faenar en aguas de Alicante y vender sus capturas.
