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El Consell de Cultura reivindica el agua y el riego como patrimonio

El CVC reúne en Almoradí a políticos, expertos e investigadores para elaborar un informe con propuestas que ayuden a reconstruir la Vega Baja

La Vega Baja cuenta con una amplia red de azarbes y acequias que riegan los campos de la huerta tradicional de la comarca.

El Consell Valencià de Cultura (CVC) convocó ayer en Almoradí al grupo de trabajo encargado de elaborar un amplio informe bajo el título de «La cultura como elemento de progreso en la Vega Baja». La sesión se celebró en el salón de plenos del Ayuntamiento de Almoradí presidida por el conseller del CVC Gerardo Muñoz, junto a la alcaldesa, María Gómez y allí se reunió a políticos de varios municipios de la comarca, expertos e investigadores que hicieron sus propuestas. La finalidad de esta reunión es que el grupo de trabajo elabore un informe que recoja las medidas que se pueden adoptar en la Vega Baja tras la gota fría de septiembre para ayudar a su regeneración y reconstrucción, y que abarca cuestiones relativas al patrimonio arquitectónico y territorial, las infraestructuras y el turismo cultural, el tejido empresarial, arte, historia y literatura, pero también agua y agricultura como quisieron dejar claro ayer, como fuente de reconstrucción y riqueza de la Vega Baja.

Así, el Consell Valencià reivindicó el riego tradicional y el agua como «cultura» de la Vega Baja. Uno de sus vocales, Joaquín Santo, señaló que «la Vega Baja sin agricultura, no es nada» y pidió recuperar «la cultura del agua» referida a los azarbes y acequias que permiten regar la rica huerta de la comarca «porque hacen un aprovechamiento integral del agua», en referencia a su reutilización hasta tres y cuatro veces. «Que se promueva desde las administraciones el riego gota a gota, dentro de que el agua llegue en buenas condiciones a la comarca», dijo.

En el encuentro, donde se trató específicamente la cuestión del agua y la agricultura, también desde el punto de vista como elementos culturales de la Vega Baja, participaron expertos, que son colaboradores del grupo de trabajo, entre los que se encontraban, Eladio Aniorte y Ramón Espinosa, de Asaja Alicante, Gregorio Canales, de la Universidad de Alicante, Antonio Alonso, comisionado de la Generalitat para el Plan Vega Renhace, Juan José Sánchez Balaguer, de la Universidad Miguel Hernández, Joaquín Melgarejo, director del Instituto del Agua de la Universidad de Alicante, Ricardo Abadía, director de la EPSO, Manuel Pertusa, del Grupo Mahersol, y Rafael Martínez-Campillo, abogado urbanista. Todos ellos, junto al grupo de trabajo del Consell Valencià de Cultura, compuesto por Gerardo Muñoz (coordinador), Irene Ballester, José María Lozano, Joaquín Santo e Inmaculada Vidal, coincidieron en señalar que las propuestas para reconstruir la comarca deben ser «factibles». «No podemos hacer castillos en el aire, que serán muy bonitos, pero que a la hora de la práctica sean difíciles de llevar a cabo», por motivos presupuestarios, señaló el conseller Gerardo Muñoz, quien aclaró que no pretenden solaparse con el Plan Vega Renhace, sino complementarse.

Órgano asesor y consultivo

Muñoz explicó que el pasado mes de octubre, el CVC decidió elaborar un informe sobre la situación de la cultura en la Vega Baja para lo que se reunió a un grupo de trabajo con seis de los 21 miembros con los que cuenta. «La cultura como elemento de progreso», matizó. El Consell Valencià de Cultura, recordó Muñoz, es un órgano asesor y consultivo de la Generalitat, pero también de las diputaciones y ayuntamientos. «Debemos elaborar un informe práctico, ciñéndonos a la actualidad, y que sea un retrato lo más veraz posible a lo que necesita la Vega Baja». Para ello, pidió a los alcaldes y ediles presentes en la reunión que enviaran al CVC de la manera más detallada posible las infraestructuras culturales que tienen en sus municipios, así como los datos sobre turismo cultural, patrimonio y proyectos culturales en marcha «para que podamos nosotros respaldarlos». El objetivo es «promover el progreso de la Vega Baja, a través de la cultura».

Por su parte, el director del Instituto del Agua de la UA, Joaquín Melgarejo, reivindicó el agua «como motor económico y social de la Vega Baja» y salió en defensa del regadío tradicional «que es un patrimonio real y tangible» y señaló que se necesitan «fuertes inversiones» en materia de infraestructuras hídricas «por el déficit hídrico y la calidad de las aguas». «Hay que posicionarse en los mercados, que es lo que genera riqueza», manifestó. Gregorio Canales, de la UA, señaló que «no veo tanto recuperar un edificio, como aglutinar lo que hay y generar sinergias entre los municipios a través de la agricultura». Para Canales «es necesario demandar agua de calidad y un buen proyecto que unifique al territorio».

El próximo 14 de febrero el Consell Valencià de Cultura se desplazará a Torrevieja para celebrar una reunión de trabajo a la que invitará a los municipios más cercanos a la ciudad de la sal, como Pilar de la Horadada, San Miguel de Salinas, Guardamar y Los Montesinos.

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