El presidente del PP, Pablo Casado, reclamó ayer que «lleguen cuanto antes» a la Vega Baja las ayudas a los afectados por la DANA, «porque hay gente que no ha recibido lo prometido ni ha podido volver a casa». Horas después la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, anunciaba una inversión de 62 millones para financiar la reparación de infraestructuras dañadas.

Casado visitó ayer en Almoradí algunas de las zonas afectadas por la gota fría, como el entorno del río, donde estuvo acompañado por la líder de los populares valencianos, Isabel Bonig, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, o la alcaldesa, María Gómez. «Hace tres meses estuve en la Vega Baja y dije que en esto íbamos todos juntos. Han pasado tres meses y venir a esta tierra y seguir viendo esta desolación nos tiene que poner a trabajar a todos los políticos», dijo Casado en referencia los escombros y las viviendas derruidas o los vecinos que no han recibido las ayudas.

Insistió en la necesidad de construir las infraestructuras pertinentes para «atenuar los efectos de las catástrofes meteorológicas, que no se pueden prever». Casado aseguró que las inundaciones fueron mucho más graves porque hubo «un déficit de construcción o mantenimiento de las infraestructuras y la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) no ha hecho lo que tenía que hacer». Reivindicó que lleguen «cuanto antes» las ayudas a los afectados, «sobre todo a los que no tienen seguro, que están fuera del consorcio», a quienes les ha pedido que se apoyen en los ayuntamientos y diputaciones.

Por su parte, Bonig, criticó al gobierno autonómico, encabezado por el socialista Ximo Puig, quien, según sus palabras, «no ha cumplido ni una de sus promesas tres meses después de la gota fría». «Mucho anuncio y poca gestión por parte del Gobierno valenciano», dijo Bonig, quien recordó que el pasado 3 de diciembre «los agricultores se quejaban de que no habían recibido las ayudas».

En ejecución

Coincidiendo con la visita de Casado y sus críticas a la gestión de la CHS -que depende del Ministerio de Transición Ecológica-, la ministra portavoz Isabel Celaá anunciaba una inversión de 62 millones de euros para reparar los daños ocasionados por la DANA. De esta cifra, 46,6 millones irán -en realidad una parte ya se está ejecutando por la vía de urgencia en la Vega Baja- a la reparación de «infraestructuras, ríos, cauces y ramblas» en el ámbito de la cuenca del Segura.

Por su parte, la Generalitat ha dispuesto ya 120 millones de euros. 1,5 millones de euros para reparaciones en centros educativos, 3,7 para instalaciones sanitarias y 12 millones para reparación de carreteras. 13 millones destinados a aportaciones de urgencia directas para bienes de primera necesidad de las que se han tramitado 8.475 solicitudes en toda la comarca y ya se han abonado 2,7 millones -algo que reconoció hasta la alcaldesa de Almoradí María Gómez, ayer; 30 millones para reparaciones en viviendas dañadas; un plan de empleo para ayuntamientos (5 millones) o el crédito para empresas dañadas con otros 6 millones.

El Segura no se desbordó en Almoradí... se rompió

Los agricultores subrayan que el caudal anegó parte de la comarca al ceder las placas de la mota, no por el caudal

Antonio Ángel Hurtado, exalcalde de Almoradí y empresario agrícola, es el propietario de la finca del Río que es la protagonista, junto a los escombros de Benferri y Orihuela, de las principales imágenes de devastación de la DANA de septiembre en la Vega Baja. Con la diferencia de que esta zona, conocida popularmente como partida del Gabato, todavía no ha recuperado la normalidad tres meses y medio después de la gota fría. Las viviendas semiderruidas, varios vehículos arrastrados más de cien metros de donde estaban aparcados, bancales destrozados... solo las obras de la Confederación para asegurar las motas del río indican una actuación de la administración.

María Gómez, alcaldesa de Almoradí, aseguró ayer que ha pedido a la Confederación que retire los escombros y los vehículos de la zona sin obtener respuesta. Hurtado se acercó ayer a Pablo Casado para explicarle que los medios de comunicación y los expertos hablan de forma genérica del dramático episodio del pasado mes de septiembre como el desbordamiento del río Segura. Ayer insistía en que es un término incorrecto. A su juicio el río no se desbordó. La mota del río, que evita que se desborde, cedió justo en este tramo antes de que superara su límite superior. En este tramo del río las motas no solo están formadas por el muro de tierra y piedras. Cuentan también desde el encauzamiento del río Segura en los años noventa con un refuerzo de placas de hormigón. Sin embargo, esas placas, junto al puente de la carretera que une Almoradí y Algorfa, no estaban calzadas. Es decir, se sostenían sobre la tierra sin más refuerzo. ¿Por qué? Al parecer no se tuvo en cuenta la pendiente del puente al realizar el encauzamiento y quedaron sin sujeción. Algo que explica que las roturas se produjeran justo antes y después del puente. La primera inundó buena parte del casco urbano de Almoradí y su polígono industrial, dejando a la ciudad sin suministro de agua potable durante días y provocando daños materiales multimillonarios. La segunda rotura afectó a buena pate la población de Heredades. Las imágenes del momento de la primera rotura sí muestran el agua coronando la mota y a continuación cómo derriba y rompe el refuerzo de placas.

Por su parte, Eladio Aniorte, presidente del sindicato Jóvenes Agricultores, pedía ayer también en este encuentro con el principal líder de la oposición que no salga adelante el encauzamiento de la rambla de Abanilla con el Segura. «Eso solo agravaría las inundaciones en un cauce que ya no tiene capacidad», dijo. Su propuesta pasa por redirigir la rambla de Abanilla por uno de sus cauces naturales hasta el Hondo de Elche.