La Conselleria de Educación será flexible con la implantación de los polémicos Proyectos Lingüísticos de Centro (PLC) que marca la Ley 4/2018 de la Generalitat por la que se regula y promueve el plurilingüismo en el sistema educativo valenciano y que establece un calendario, el de septiembre de 2020 (el próximo curso escolar), para implantar en todos todos los centros de Secundaria, Formación Profesional y Bachiller un 25% como mínimo de horas lectivas en valenciano y entre un 15 y un 25% de materias en inglés. Una medida que había despertado un rechazo masivo en las comarcas castellanoparlantes, como la Vega Baja, donde, paradójicamente, otra ley del año 1983 permite a los alumnos estar exentos de la asignatura de valenciano. Finalmente, el departamento que dirige Vicent Marzà permitirá a cada centro de secundaria, en función de su contexto sociolingüístico, profesorado e idiosincrasia, rebajar ese porcentaje obligatorio en valenciano y, lo que aplaude la comunidad escolar, que la implantación del plan sea gradual y progresivo y el próximo curso se implantará en primero de la ESO, cuyos alumnos llegarán con una base de valenciano puesto que en sexto de primaria ya imparten hasta dos asignaturas en valenciano.

Así se lo quiso comunicar, personalmente, el conseller de Educación Vicent Marzá al medio centenar de directores de instituto de la Vega Baja a los que reunió el pasado martes por la tarde en Orihuela. Aunque no estaba prevista su presencia, sino la de su número dos, el secretario autonómico Miguel Soler, finalmente fue el propio Marzà el que decidió dar todas las explicaciones sobre la ley, acompañado por Soler, y también por el director territorial de Educación y la directora general de Plurilingüismo. La presión de los padres y directores de los institutos de la Vega Baja por la polémica generada a raíz de la implantación de un 25% de asignaturas en valenciano hizo desplazarse a la comarca a toda la cúpula de la Conselleria de Educación, para desactivar el rechazo generado y mandar un mensaje de tranquilidad ampliando el margen de cumplimiento.

La ley por la que se regula y promueve el plurilingüismo en el sistema educativo valenciano, aprobada por mayoría absoluta de las Cortes Valencianas en febrero de 2018 por PSOE, Compromís y Podemos -y que no fue recurrida por la oposición del PP y Cs-, no se va a modificar y mantiene un mínimo de un 25% de horas lectivas en valenciano y entre un 15% un 25% en inglés, en los modelos con menos materia en ambas lenguas -en el caso del valenciano se traduce en seis horas semanales al margen de la propia asignatura en valenciano-. Sin embargo, Marzà ha recurrido al artículo 8 de esa ley que le permite aplicarla pero de manera menos restrictiva a través de los llamados planes experimentales a los que se deberán acoger los institutos que quieran esa flexibilidad de los proyectos lingüísticos de centro.

Esos planes experimentales permitirán que cada centro educativo de secundaria y bachiller, en función de su contexto, personal, entorno lingüístico, idiosincrasia y alumnado, rebajen el porcentaje obligatorio de horas en valenciano (que cada instituto debe elegir) y que sea solo aplicable a los alumnos de primero de la ESO, en lugar de a los del resto de niveles, donde la implantación será progresiva, como también en FP, durante los próximos cinco años (los que tarda un alumno de primero de la ESO en llegar a segundo de bachillerato).

Consejo escolar

Los institutos que quieran acogerse a ese 25% mínimo de asignaturas en valenciano y entre un 15 y 25% en inglés podrán hacerlo con un máximo del 75% de horas en esas lenguas (el otro 25% será obligatorio darlo en castellano). El próximo mes de marzo será cuando los consejos escolares de los institutos- representados por la dirección del centro, los profesores, los alumnos y los padres- envíen a Educación el plan lingüístico de centro que quieren para el curso 2020/2021 y donde los que quieran acogerse a esa rebaja del número de horas en valenciano y la implantación progresiva del plan de plurilingüísmo desde 1º de la ESO, deberán coger la vía de los planes experimentales, algo que se prevé en las zonas castellanoparlantes de la Comunidad Valenciana.

Marzà se compromete a aprobar todos los planes experimentales que se presenten de las zonas castellanoparlantes sean aprobados. También se permitirá que se impartan 2 o 3 horas de valenciano en los proyectos interdisciplinares (teatro u otra actividad docente al margen de las asignaturas obligatorias y optativas).

Un problema añadido en muchas zonas es la del alto número de profesores interinos (en la Vega Baja es de hasta el 80% del profesorado en algunos institutos) y de falta de docentes para impartir asignaturas en valenciano e inglés, y es otro motivo por el que muchos centros educativos se ven incapaces de asumir el plan plurilingüístico tal y como estaba planteado.

Una reunión en la que solo se habló en castellano

Marzà reúne a más de 50 directores de instituto de la Vega Baja para resolver sus dudas durante cuatro horas

La reunión que mantuvo la cúpula de la Conselleria de Educación con medio centenar de directores de institutos de la Vega Baja el pasado martes en el IES El Palmeral de Orihuela, permitió rebajar la tensión creada a raíz de la implantación el próximo curso de los proyectos lingüísticos de centro. Hasta allí se desplazó el mismísimo conseller, Vicent Marzà, lo que causó sorpresa a los presentes. Una reunión que se prolongó durante cuatro horas y en la que, en todo momento, se habló en castellano, lo que agradecieron los directores de los institutos de la comarca que en su amplísima mayoría son castellanoparlantes. Un gesto el de Marzà hablando la lengua que no es la que habitualmente usa -el valenciano- que los directores aplaudieron elogiando su «sensibilidad», comenta uno de ellos.

Los directores pudieron hacer cuantas preguntas y plantear cuantas dudas tenían y que fueron todas respondidas. Alguno se mantuvo cauto sobre esa progresividad y flexibilidad anunciada por el conseller «hasta que no lo demuestre con hechos» pero «fue muy comprensivo y se comprometió a darnos por buenos los planes que le presentáramos respecto al porcentaje de horas en valenciano e inglés». Uno de los directores le dijo a Marzà que «tiene que bajar más al sur», a lo que se comprometió el conseller, quien dijo que lo que pretendía no era imponer sino facilitar que los alumnos tuvieran las tres competencias -castellano, valenciano e inglés-, de manera progresiva.