El proyecto de campo de golf no se ejecutó pero la calificación de los terrenos como urbanizables, aprobada en 2009 tras una larga tramitación administrativa, sigue en vigor. Los titulares del paraje de Sobreviñas, pequeños propietarios de huerta de regadío tradicional, tienen intención de constituirse en agrupación de interés urbanístico para rescatar el residencial. El objetivo es contar con una sola entidad y representante para los 200 propietarios de terreno.

Con el mercado inmobiliario de segunda residencia activo el interés se ha renovado, aunque en una década se han producido varias tentativas sin éxito. Sobre todo por la inversión necesaria y porque Dolores es una zona del interior alejada de los principales focos de turismo residencial. Su principal reclamo sería un campo de golf singular en la Vega Baja: se plantearía sobre una zona totalmente llana. Dolores Golf contemplaba la construcción de 2.600 viviendas y ese campo de golf de 18 hoyos. Todo sobre un millón y medio de metros cuadrados, situados al norte del casco urbano, próximos al parque natural del Hondo.La iniciativa requiere de una inversión superior a los 55 millones de euros para abordar las infraestructuras básicas como viales, alumbrado, colectores de saneamiento y suministro de agua potable, que permitan convertir los suelos en solares urbanos, además de la construcción del campo de golf, que es principal reclamo. La tramitación administrativa salvó obstáculos importantes como el hecho de que se trate de terrenos de cultivo tradicional de huerta aislados del casco urbano -con la actual legislación no se hubiera aprobado-. O también el alto riesgo que el Plan Contra el Riesgo de Inundación de atravesada por una red de azarbes -se desbordaron con la DANA- y muy cerca de un parque natural.