La jefa del servicio provincial de Costas, Rosa de los Rios y varios técnicos de este departamento, junto con el alcalde Eduardo Dolón (PP), tienen previsto mantener hoy a las cuatro y media una reunión con vecinos de la playa de Los Locos. El punto de encuentro es el «222». En la reunión, Rosa de los Ríos tiene previsto informar, principalmente, sobre el ambicioso proyecto que Costas, organismo dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, tiene pendiente en este espacio litoral de Torrevieja para regenerar con arena y recrecer la playa, que en algunos puntos, en especial en torno a uno de sus actuales espigones, sigue perdiendo aportes. . También se abordarán las inquietudes y peticiones que los vecinos realicen sobre este zona al Ayuntamiento.

Como recogió INFORMACIÓN el pasado mes de junio el Ministerio de Transición Ecológica y el Ayuntamiento de Torrevieja van a poner en marcha un amplio proyecto de regeneración de la playa de Los Locos que requiere una década de intervención. En la actuación se aportarán 30.000 metros cúbicos anuales de arena durante diez años para frenar la actual regresión de este tramo del litoral.

El proyecto está concebido con ese periodo temporal a raíz de un estudio encargado por el Ministerio en 2017 a la empresa Hidtma por 68.000 en el que se analizaron las corrientes y dinámicas marinas para conocer el proceso de regresión y aporte natural de arenas que se produce por un estrecho canal marino situado en paralelo a la playa. Ese estudio concluyó que el actual espigón, situado a la altura del Kiosco Gloria, cumple su función para arenar parcialmente al sur de ese punto y hasta la curva del Palangre pero no ha servido para regenerar la playa en la zona donde más lo necesita al norte de esa misma escollera, donde buena parte de la ribera de la playa y el lecho marino es roca. Algo que, al margen de formar parte de la naturaleza de algunos tramos de las playas de Torrevieja, genera constantes quejas de los bañistas. Pero el principal problema no son estas rocas, sino el hecho de que la playa se haya ido estrechando poco a poco en su parte central y sur. La solución adoptada es la única que no entraña un impacto ambiental relevante para la playa. La decisión de realizar esta aportación durante un periodo de tiempo tan largo es la única que no entraña riesgos ambientales para la playa ni afecta a la valiosa pradera de posidonia, por otra parte protegida ambientalmente.