En un mes estarán terminadas las obras que acaban de arrancar en el mirador del Seminario de Orihuela, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad y desde donde se contemplan una de las mejores vistas de la localidad y de la comarca de la Vega Baja. Los trabajos consisten en la instalación de un banco rústico en forma de grada para disfrutar de las impresionantes vistas y la plantación de una colección de flora con especies autóctonas del Mediterráneo y del Monte San Miguel. De hecho, va a ser una replantación experimental para comprobar las especies que mejor se adaptan a las condiciones climáticas de la zona como paso previo a la repoblación del Monte de San Miguel.

Los trabajos tendrán un coste de 48.385 euros y están cofinanciados al 50% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y forman parte de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible (Edusi). «Es el mejor mirador posible de la Vega Baja, con acceso peatonal y rodado y es la actuación previa al proyecto de adecuación y reforestación del Monte de San Miguel», explicó el edil de Medio Ambiente, Dámaso Aparicio ayer, quien acudió al inicio de las obras junto al alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, la edil de Grandes Proyectos, Sabina Galindo y el concejal de Patrimonio, Rafael Almagro. El regidor señaló que «es un día de satisfacción porque, por fin, se inician estas obras en el mirador más emblemático de la Vega Baja, que cada día visitan cientos de personas, dotándolo de un nuevo atractivo turístico». Y recordó que es un paso más «dentro de lo que va a ser la regeneración del casco histórico de Orihuela y del Monte de San Miguel que va a desarrollar la Edusi».

Vallado

La actuación incluirá la construcción de un vallado rústico de madera sobre el murete del mirador, para reforzar su seguridad y se instalarán carteles indicativos y explicativos de las 950 plantas que se van a plantar de 200 especies vegetales diferentes. «Habrá aparcamientos y se pondrán jardineras, especialmente en el último tramo de subida, el más ancho, donde vamos a quitarle 80 centímetros para poner jardineras expuestas al sol , a la cara sur, para poder poner más plantas», explicó Miguel Agulló, director del proyecto, quien destacó que desde el mirador «se puede ver desde Murcia hasta el mar».

El Ayuntamiento, como adelantó este diario, tiene previsto limitar el acceso al mirador en horario nocturno para evitar actos vandálicos tanto en ese privilegiado balcón como en las cercanas ruinas del Castillo «y prácticas no deseables» como se refirió ayer Emilio Bascuñana. El regidor indicó que se está estudiando la manera de hacerlo usando las nuevas tecnologías, aunque resaltó que es un proceso complejo «porque hay que compaginarlo con el derecho y la libertad de acceso».