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Albatera

El Instituto del Agua propone plantas desaladoras como complemento al trasvase

El director de la entidad, Joaquín Melgarejo, plantea que usen energía fotovoltaica

Una de las ponencias del acto de los 40 años del trasvase. tony sevilla

Pequeñas plantas desalobradoras con energía fotovoltaica. Es una de las propuestas que ayer planteó el Instituto Universitario del Agua y las Ciencias Ambientales en el acto que organizó en Albatera, junto a la Cátedra del Agua de la Diputación y la Universidad de Alicante (UA), para conmemorar los 40 años del trasvase Tajo-Segura, «una infraestructura imprescindible para el futuro de la provincia de Alicante» rezaba el título de las jornadas. El director del Instituto del Agua, Joaquín Melgarejo, propuso la desalación de agua salobre, abundante en la Vega Baja y su entorno, como un complemento más al agua del trasvase del que dijo «no nos va a venir más agua, eso lo tenemos que tener claro». «Se pueden obtener subvenciones, si se usa la energía limpia como la fotovoltaica, y tienen un coste reducido, para 1 hm3».

En las ponencias, precisamente, se trataron los proyectos hídricos para asegurar el suministro futuro de la provincia que pasa no solo por el mantenimiento del trasvase, señalaron los expertos en agua, sino también por otros complementos para paliar también déficit de agua del trasvase que tienen los regantes, y que estiman en unos 50 hectómetros cúbicos anuales respecto a los que tienen concesión y la falta de lluvias en la cabecera del Tajo hace temer un posible cierre del trasvase, como sucedió durante 11 meses en 2017 al no superarse el umbral mínimo para trasvasar.

De las plantas desalobradoras habló también el presidente de la Comunidad General de Regantes de Riegos de Levante, Javier Berenguer, ya que es uno de sus proyectos a realizar en Crevillent con una capacidad de 16 hm3 que pueden ampliarse a 30 con la mezcla de agua de El Hondo (con alta conductividad). «Con esa planta tendremos garantías, calidad y un precio bajo ya que rondará entre los 15 y 20 céntimos el metro cúbico, lejos del agua desalada como la de Torrevieja que alcanza los 80 céntimos».

Los expertos organizados en la mesa redonda también criticaron la falta de microembalses en la comarca que puedan recoger el agua de las lluvias y también las depuradas «que se van al mar», denunció José Vicente Andreu, de la Comunidad de Riegos San Onofre. «Tenemos que solventar el poder usar el agua depurada, con tratamiento terciario, para uso agrario», dijo. Por su parte, el gerente de la Comunidad de Riegos de Levante Margen Derecha, Juan Luis Paredes, pidió blindar del trasvase Tajo-Segura y defendió la interconexión de cuencas y su inclusión en el Plan Hidrológico Nacional. «Si hay autovías y líneas eléctricas que cruzan España, ¿por qué no podemos tener conducciones que conecten cuencas hidrográficas?», preguntó.

Joaquín Melgarejo criticó que se quieran alterar las reglas de explotación del trasvase «sin cambiar las leyes, sino subiendo los caudales ambientales, no prorrogando el decreto de sequía y con la sustitución por agua desalada». El presidente de la Comunidad de Regantes de Albatera, Julio Albert, habló también de la captación de agua de pozos, un complemento más al trasvase, y abogó por tener «embalses de menos de un hectómetro cúbico».

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