El 50% de la superficie de la Vega Baja es inundable. Así lo desvela el Patricova (Plan de Acción Territorial de carácter sectorial sobre prevención del Riesgo de Inundación en la Comunidad Valenciana) que desgrana las zonas con mayor riesgo de inundabilidad. Más de 100.000 habitantes de la comarca, por tanto, viven en zonas que podrían inundarse en el caso de fuertes lluvias, como bien se demostró durante el episodio de gota fría del pasado mes de septiembre. La Vega Baja es una de las tres áreas donde hay mayor riesgo de inundaciones de la Comunidad Valenciana -las otras son el litoral de Castellón y la Ribera Alta- siendo la región el territorio de España donde mayor problema de inundabilidad hay, en concreto, el 12% de todo su territorio.

A pesar de ello, se ha construido en zonas con alto riesgo de ser anegadas por el agua, incluso después de 2003 cuando se aprobó el Patricova que establecía medidas para no construir en esas áreas altamente inundables y en otras con riesgo daba una serie de pautas que no siempre se han cumplido, siendo éste un problema para el que ahora hay mayor sensibilidad. En 2015 se actualizó el documento y ahora se ha presentado la Guía Técnica de Aplicación del Patricova, qué ofrece una explicación de los conceptos utilizados en el análisis y gestión del riesgo, además de clarificar el marco competencial entre las demarcaciones hidrográficas y la conselleria competente en ordenación del territorio, ante las dudas que surgían a los ayuntamientos. Ayer. el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, presentó esta guía en Orihuela a alcaldes, ediles y técnicos de los distintos ayuntamientos de la Vega Baja. El foco de la Generalitat está puesto en los nuevos planes urbanísticos para que estos sean más sostenibles y eviten esas zonas con riesgo de inundabilidad.

Utilidad

España señaló que «es un instrumento de gran utilidad tanto para las administraciones como para la ciudadanía en general, ya que clarifica todo el marco competencial que presenta una cierta complejidad a raíz de la aplicación de la directiva de evaluación y gestión del riesgo de inundación, y su transposición a la legislación española». Según el conseller, el documento ayuda a los ayuntamientos a identificar qué zonas son inundables y vulnerables, así como unas normas de aplicación de qué usos se les puede dar a este tipo de zonas. «Es un instrumento de prevención y lo que debemos hacer es seguir teniéndolo en cuenta ya que, con el paso de los años, si no vuelve un episodio de gota fría, hay cierta tendencia a bajar la guardia y a volver a unos planes urbanísticos más laxos y a destinar a zonas con riesgo de inundación territorio para construir y hay que luchar contra ese olvido», señaló España.

No obstante, el conseller resaltó que la Vega Baja «es un territorio magnífico, con grandes oportunidades, pero también con riesgo de inundación, y todo lo que sea avanzar en prevenir será mucho mejor que luego curar y reconstruir». Arcadi España no quiso entrar en si uno de los factores que propició las fatales consecuencias de la última gota fría en la comarca fue un urbanismo desordenado «porque con el volumen de agua que llovió dificilmente se podía parar algún tipo de daño material» y añadió que «queda mucho por hacer y no es el momento de buscar culpables, sino de mejorar las infraestructuras que tenemos y de cómo adaptar los usos que se dan a los suelos por parte de los ayuntamientos, junto a la Generalitat, para que no vuelva a suceder algo así».

15.000 hectáreas de suelo inundable, sin construir

Desde la aplicación del plan de acción territorial sobre prevención del riesgo de inundación Patricova, en el año 2003, y dirigiendo los crecimientos a zonas menos vulnerables, se ha evitado la ocupación de más de 15.000 hectáreas de suelo inundable. Lo que significa que no se han construido cientos de miles de viviendas en zonas sensibles de anegarse, evitando poner en riesgo a 500.000 personas, además de ahorrar cientos de millones de euros en bienes materiales.

Bascuñana pide ejecutar «con carácter urgente» las obras que eviten inundaciones

El alcalde de Orihuela exige que la Generalitat asuma la ejecución de los trabajos y lo traslade a la UE y al Gobierno antes de diciembre

El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, coincide con las medidas que pide adoptar el Patricova pero ayer insistió en que la prioridad en estos momentos era otra, la llegada de los fondos necesarios para acometer las infraestructuras hidráulicas necesarias que eliminen ese riesgo de inundación del que alerta el documento. «Está claro que, siendo importante lo del Patricova, todos coincidimos en que lo que toca ahora es cómo podemos intervenir para prevenir esas inundaciones y son medidas que requieren de inversión importante, y es necesario que las administraciones competentes destinen los fondos necesarios para esas infraestructuras con carácter urgente».

El regidor oriolano insistió en que lo primero es conseguir aquellas necesidades históricas de la comarca «como encauzamientos, presas, muros y diques, neutralizar las crecidas del río y esas ramblas y barrancos como el de Abanilla, así como gestionar el agua de manera eficaz y eficiente, aprovechando lo que nos inunda para épocas de sequía». Según explicó Bascuñana «la Vega Baja está considerada como zona de inundación masiva y las inversiones de prioridad alta necesarias, según el propio Patricova, no llegan ni a la mitad de las pérdidas estimadas durante este último episodio de DANA de septiembre». Y trasladó al conseller Arcadi España que «la Generalitat, de la mano de los ayuntamientos, asuma la ejecución de las obras hidráulicas y lo traslade al Gobierno central y a la Unión Europea antes de diciembre».