Mucha técnica, más fuerza de lo que parece y también... charla en torno a una mesa. Hasta hoy y desde el pasado día 12 han pasado por la bolera de Ozone en Torrevieja más de un centenar de jugadores de bowling. Un torneo internacional muy popular entre los residentes internacionales y cada vez más conocido para los españoles.
Aunque sea un deporte muy técnico es imprescindible una buena condición física, necesaria a la hora de lanzar una bola que pone a funcionar todo el cuerpo. «Si metes mucho músculo puedes lograr más revoluciones, y en los últimos años se ha hecho muy popular la técnica de lanzar con las dos manos, aunque sea complicado físicamente y esas posiciones afectan bastante de la espalda», indica el finlandés Jarmo Peltonen, presidente del club local de bowling, organizador de un torneo que ha contado también con la ayuda del Ayuntamiento de Torrevieja.
En el bowling todo se mide en libras y pies -para el peso de los bolos que puede alcanzar los 7,2 kilos como máximo- y para las distancia que recorre el bolo. Luego hay detalles que pasan desapercibidos pero que determinan que el lanzamiento sea limpio y perfile la trayectoria deseada. Por ejemplo, las condiciones de la pista, a la que se aplica más o menos aceite en función de la dificultad con la que se quiera competir. De ahí el gesto habitual entre los jugadores de limpiar la bola cada vez que se utiliza para un nuevo lance. Una especie de ritual de la precisión y el detalle lo impregna todo, en los bolos, pero también en el calzado, o en los movimientos. Incluso en los gestos de ánimo entre los competidores. Este deporte para el que la edad no supone mucho inconveniente, es muy popular en Escandinavia, Reino Unido o Alemania, y su práctica en la provincia de Alicante está muy vinculada al turismo residencial. Cómo no, la primera bolera en la provincia se inauguró en Benidorm en 1974. A Torrevieja llegaría en los dos mil, con la construcción de un centro de ocio y entretenimiento cuya oferta entre multicines y restaurantes, incluía la bolera, especialmente dirigida al público noreuropeo. Por ejemplo, en Finlandia, con apenas 5 millones de habitantes, hay más de 12.000 registrados, y en España solo 2.000.
Peltonen explica que cuando el deporte llegó a España en los años 70 se integró en la Federación Nacional de Bolos con todas sus variantes, las más tradicionales y antiguas, para poder comenzar a competir. «Ahora no es fácil salir de ahí». Realmente fue en Estados Unidos donde se formalizaron las reglas y se estandarizaron las pistas y los bolos, pero aún hoy se tienen más referencias cinematográficas que reales de este deporte en España. La competición en Torrevieja reparte 16.000 euros en premios con grandes aficionados procedentes de Alemania, Finlandia, Portugal o Portugal, pero también profesionales destacados como el venezolano Ildemaro Ruiz, jugador de la PBA estadounidense.
