Hartos de sufrir robos. Así se muestra un numeroso grupo de vecinos de Callosa de Segura que reclaman un plan de actuación con una mayor presencia policial para prevenir que siga en aumento la inseguridad ciudadana que denuncian. El pasado fin de semana salieron a la calle bajo el lema «Queremos una Callosa Segura», y han llevado a cabo una recogida de firmas para trasladar al Ayuntamiento su preocupación. Los vecinos que viven en barrios y veredas a las afueras del casco urbano son los que más están sufriendo esta oleada de asaltos, que se producen tanto en viviendas, como en vehículos y también a viandantes. Hay una media de entre 70 y 80 robos al mes, aunque en las estadísticas policiales solo se cuentan las denuncias y muchas víctimas no las interponen.
En los barrios de Lo Cartagena, San José, Los Benimira, Vereda Los Monjinos, Camino Almajal, Vereda Los Cañozares, la de los Cubos y en el camino paralelo a la vía férrea es donde más incremento de la inseguridad ciudadana se denuncia. Una representante vecinal, Rosario Martínez, ha enviado una carta al Ayuntamiento donde expone la preocupación que sienten por los robos y la falta de presencia policial. En la misma explica que «a muchos de nosotros no solo nos han robado una vez, sino que han llegado a entrar en nuestras casas hasta dos veces en la misma semana o robarnos dentro del coche en el centro del pueblo» y señala que «la cosa parece que va en aumento». Los vecinos critican la «nula» presencia de Guardia Civil y Policía Local en esas zonas y señalan que están realizando ellos mismos vigilancias, creando un grupo de WhatsApp para avisarse de personas sospechosas, de los robos que se producen o coches que parecen que vigilan casas para robar.
Los vecinos reconocen que muchos ya ni denuncian los robos y explican que «cuando hemos ido a denunciar que han asaltado nuestra casa y se han llevado nuestras cosas, el guardia civil, al finalizar la llamada, nos informa que van a ir a ver si hay huellas en la zona en cuanto puedan, momento que, o no llega nunca, o tardan demasiado para tener la casa manga por hombro y por este tipo de cosas muchos de nosotros ya hemos rehusado el ir a poner una denuncia en varios robos cometidos o roturas en rejas y ventanas, porque creemos que no sirve para nada». A esto se suma que el cuartel de la Benemérita en Callosa está durante algunos turnos cerrado, sobre todo por la noche. Este diario ha sido testigo del cierre del cuartel cuando la patrulla disponible tiene que salir a la calle.
Falta de efectivos
Un problema, el de la falta de efectivos, que denuncia también la Asociación Profesional de la Guardia Civil Jucil. Su secretario provincial, Cristian Martínez, guardia civil destinado en Callosa, indica que «a mi juicio harían falta al menos 15 guardias civiles en el cuartel de Callosa para dar un buen servicio y hay muchísimos menos». Martínez denuncia que «estamos en una zona con mucha población donde llevamos varios años en los que llegan menos efectivos de los que se van y hay agotamiento por parte de los agentes que lo damos todo para llegar a los avisos, y el hecho de que seamos pocos agentes repercute también en nuestro trabajo porque si hay dos avisos tenemos que atender rápido uno para ir al otro y damos menor atención al ciudadano», explica. Desde Jucil piden un refuerzo de agentes en los cuarteles donde se ha demostrado que hay un déficit, como en Callosa, ya que el de esta localidad cubre también a las poblaciones de Rafal, Redován, Benferri, Granja de Rocamora, Cox, La Murada y Virgen del Camino, estas dos últimas pedanías de Orihuela.
Martínez pide a los vecinos que sufran un robo que denuncien siempre «porque trabajamos con estadísticas de denuncias y vemos que no corresponden a la cantidad de quejas por robos que hay, y para que pongan más efectivos o se acuda más a menudo a una zona conflictiva debe haber denuncias». Aunque hubo un repunte de robos con violencia, estos han descendido, sobre todo los realizados en vehículos, tras la detención por parte de agentes de la Guardia Civil de Callosa, hace unos días, de un individuo al que se le atribuyen decenas de delitos de ese tipo y que ya ha ingresado en prisión. Muchos avisos se derivan a la Policía Local, que también sufre una deficiencia de agentes.
El alcalde de Callosa, Manuel Martínez, muestra su preocupación por la inseguridad en el municipio, algo que viene ya de lejos. Por ello ha pedido a la Subdelegación del Gobierno la convocatoria de la Junta de Seguridad, que se celebrará el próximo martes 22 de octubre, con la presencia de mandos de los cuerpos y fuerzas de seguridad. «Vamos a ver qué medidas se pueden adoptar y pediremos que se aumenten los efectivos en la localidad», señaló ayer a INFORMACIÓN. El regidor callosino explicó que está estudiando incrementar la presencia de la Policía Local a pie de calle e instalar más cámaras de videovigilancia «para prevenir los delitos».
