Los Reyes quisieron mostrar ayer su solidaridad con los damnificados por la devastadora gota fría y las riadas que han dejado asolada a la Vega Baja y que provocaron la muerte de tres personas en la comarca. Los monarcas acudieron a Orihuela, la que se considera zona cero de una catástrofe que obligó a la evacuación de miles de personas y que dejó graves daños materiales en viviendas, carreteras, y en cultivos agrícolas, con unas pérdidas estimadas en 3.000 millones de euros. Cerca de un millar de vecinos arroparon a Don Felipe y Doña Letizia en su primera visita como monarcas a la provincia de Alicante, donde rompieron varias veces el protocolo para acercarse y saludar a quienes llevaban más de una hora esperando su llegada tras las vallas, entre vítores y aplausos y gritos de «¡Vivan los Reyes!» o «¡Viva España!», con algunos balcones engalanados con la bandera nacional.

Los Reyes, que estuvieron acompañados por el ministro de Ciencia, Pedro Duque, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón y el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, presidieron en el Ayuntamiento una reunión técnica del Cecopal (Centro de Coordinación Municipal) en la Sala del Oriol donde fueron informados de todos los daños que la devastadora gota fría ha dejado en la Vega Baja, así como de los medios desplegados y efectivos y voluntarios que acudieron durante los días que duró la emergencia para asistir al rescate de miles de personas y también colaborar en las labores de limpieza y de achicar agua de las zonas inundadas. En la posterior reunión con los alcaldes de los municipios de la Vega Baja les trasladaron que eran conscientes de que las ayudas no eran suficientes y mostraron su apoyo a los regidores en su petición de que las administraciones amplíen las indemnizaciones por las pérdidas, sobre todo en la agricultura, uno de los motores económicos de la comarca, según señalaron algunos de los munícipes al diario.

Pero, lo que más sorprendió a los alcaldes presentes en el corrillo que se formó en el hall del Ayuntamiento con los Reyes, fue su conocimiento, según trasladaron las mismas fuentes, de la situación en la que se encuentran las infraestructuras hídricas en la zona. Por ello, tanto Don Felipe como Doña Letizia, admitieron la necesidad de que se modifiquen esas infraestructuras y se acometan las obras necesarias tanto en el río como en las ramblas para evitar otra catástrofe como la sucedida el pasado mes de septiembre, con la rotura del cauce del río Segura en varios puntos y la falta de acondicionamiento y encauzamiento de ramblas como la de Abanilla. Sus Majestades, según los alcaldes, insistieron en que no solo había que reparar lo que se ha dañado sino que es imprescindible que se acometan mejoras en las infraestructuras que minimicen los efectos de unas lluvias torrenciales, como las caídas los pasados 12 y 13 de septiembre, con casi 500 litros por metro cuadrado en Orihuela.

La palabra la tomaron tanto Don Felipe como Doña Letizia, quienes dijeron a los regidores, en esa reunión informal, que lo importante ahora es llevar a cabo las necesidades que requiere la postemergencia con la llegada de inversiones, conscientes de que no se han llevado a cabo las necesarias hasta ahora, y su apoyo al Plan Marshall anunciado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, dotado de fondos para la reconstrucción de la Vega Baja. El Rey añadió que las administraciones han funcionado durante el periodo de emergencia en el que estuvo la comarca, pero que ahora era el momento de dar respuesta a la postemergencia de la misma manera. Solo algunos de los regidores presentes pudieron mantener una conversación con los monarcas en la que fue común su petición para que apretaran a las administraciones con el fin de que concedan más ayudas ya que las que se han aprobado hasta ahora, sobre todo por parte del Gobierno central, son insuficientes para paliar los daños. Además de firmar en un pergamino conmemorativo y ver una exposición fotográfica sobre los estragos de las lluvias, Felipe VI y la Reina tuvieron ocasión de saludar y departir con algunos de los operarios que trabajaron en el rescate y limpieza de las zonas anegadas. Las campanas de la iglesia de las Santas Justa y Rufina repicaron mientras Don Felipe y Doña Letizia recorrían a pie los 150 metros que separan el consistorio del edificio Prop, saludando una a una a las personas congregadas, cada uno en una de las aceras. Los monarcas visitaron la oficina habilitada por la Generalitat para tramitar las ayudas aprobadas por el Consell donde ya han acudido 5.200 personas.