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La rambla fue su verdugo

La fuerza del torrente por el barranco de Abanilla destrozó viviendas, coches y la tranquilidad del municipio de Benferri

El municipio es una zona catastrófica con decenas de viviendas, coches e instalaciones destrozadas. t. sevilla

La tranquilidad de la que hace gala siempre el municipio de Benferri se rompió hace hoy 15 días. La rambla de Abanilla fue el verdugo que acabó no solo con esa paz que se respiraba en este pueblo, también ha cambiado la vida de muchas familias, «150 en total», especifica su alcalde, Luis Vicente Mateo, quien desde el 12 de septiembre es uno más en colaborar en la limpieza de su municipio. Son las que más daños han sufrido en sus viviendas, con muros rotos, agua hasta los dos metros de altura y todos los muebles destrozados «aunque hay otras 100 que tienen daños menores en sus casas, como goteras», explica el regidor, quien estima en dos millones de euros los daños solo en instalaciones públicas.

La fuerza con la que bajó el agua por la rambla, como un torrente, aquellos fatídicos 12 y 13 de septiembre, destrozó todo lo que encontró a su paso tras desbordarse. La urbanización de Benfis Park fue la más afectada. Es difícil pasar por sus calles, donde se acumulan miles de enseres a las puertas de las destrozadas viviendas, junto a vehículos arrastrados por la riada que aún no han sido retirados. Una vecina trata de pasar a su calle calzando dos bolsas de plástico para no manchar sus zapatos con el barro que tiñe de marrón gran parte de este pequeño municipio. «Es un desastre. El agua arrampló con todo, creía que me tenían que sacar en helicóptero de mi casa ya que empezó a subir con mucha rapidez y lo único que me dio tiempo es a coger a mis hijos y subirnos a la terraza, menudo susto».

«Es terrible, está todo destrozado, los daños son enormes», es lo único que le sale decir a un vecino de Benfis Park, de origen alemán (como tantos otros que viven en este residencial), mientras nos apremia para continuar con su labor de sacar escombros junto a la piscina de su casa, visible desde el exterior porque no quedan muros en la vivienda. «Ahora lo que hay es mucho pillaje, se llevan muebles que sacan los vecinos y neumáticos que quitan a los coches que fueron arrastrados, aunque al final no se denuncia porque son cosas que no valen, para tirar y por no ir hasta el cuartel de Callosa», nos explica un guardia civil.

Los escolares de Benferri llevan ya 10 días sin acudir a las aulas. El colegio ha sido una de las víctimas de la riada y la gota fría. La acera de la entrada está levantada y cayeron las vallas y parte del patio se derrumbó. Los operarios trabajaban ayer a contrarreloj para permitir que los alumnos retomen sus clases. El agua que discurría con fuerza por la rambla de Abanilla, y que causó dos muertos en el entorno de Benferri, también destrozó el campo de fútbol, partido literalmente por la mitad, con una de las porterías colgando de un precipicio. Tampoco se salvaron el polideportivo, las pistas de tenis ni la piscina municipal. «La depuradora está rota, no tenemos muros y una cámara frigorífica del bar apareció a varios metros de aquí», cuenta Paco Sarmiento mientras limpia el bar que tiene previsto reabrir hoy. Junto a él, Elisabeth Hoogland, lamenta la pérdida de dos coches y los muebles de la casa tras salir de su casa con sus hijas y sin zapatos al inundarse en minutos. «En un visto y no visto pierdes todo lo que has tardado años en conseguir, no queda nada, y toca empezar de cero», dice resignada.

El alcalde benferrejo pide la dimisión de Bonig por decir que rechaza las ayudas

El alcalde de Benferri, el socialista Luis Vicente Mateo, exigió ayer la dimisión de la presidenta del PPCV y síndica en Las Cortes, Isabel Bonig, por las polémicas declaraciones que realizó el pasado martes en Orihuela donde señaló que se notaba «donde hay alcaldes del PP», en referencia a los municipios afectados por la gota fría y las riadas, y dónde no, entre los que citó a Benferri porque, dijo, «no hay tanta agilidad» en materia de labores de limpieza y reconstrucción, tras visitar las zonas siniestradas. «Parece aquello una zona de guerra», remató. Pero lo que más ha dolido al regidor benferrejo es que Bonig asegurara que «no quiere ayudas» y que ha rechazado la que le presta la Diputación.

Mateo niega haber rechazado ayuda alguna «porque desde el primer momento de esta tragedia, el sábado 14, me puse en contacto con la vicepresidenta primera de la Diputación, Ana Serna, alcaldesa de Albatera del PP, quien estuvo aquí como voluntaria y desde ese momento hemos estado coordinados y recibiendo ayuda de la Diputación, como camiones o palas (...) no está informada esta señora a pesar de su cargo como presidenta del PP regional».

«Sí que Benferri parece una zona de guerra y si hubiera venido una semana antes aún la hubiera visto mucho peor porque hemos sufrido una gran catástrofe y me dan ganas de llorar de escuchar lo que dice», señaló a este diario. «Váyase de la política y no venga a aquí a mezclar asuntos políticos en un pueblo que está muy triste y muy dolido», indicó, visiblemente molesto. Sobre el arreglo de la depuradora indicó que estará lista en unos días tras la visita ayer, precisamente, de dos técnicos de la Diputación.

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