El Ayuntamiento de Guardamar del Segura tiene previsto adjudicar a finales de la semana que viene por la vía de urgencia las obras de dragado de la desembocadura del río Segura en el tramo en el que el cauce se encuentra con mar abierto. Desde el pasado 16 de septiembre, el tráfico marítimo en este punto está cerrado para todas las actividades que se desarrollan en el puerto guardamarenco por la acumulación de toneladas de sedimentos en el lecho del cauce, lo que ha rebajado el calado a poco más de un metro de altura. Esta actuación de dragado estaba prevista antes del episodio de gota fría que ha azotado la comarca. Desde hace casi dos años la bocana ya presentaba problemas de falta de profundidad suficiente para permitir el paso del casco de las embarcaciones de mayor eslora.

Es una intervención de envergadura en la que el Ayuntamiento va a invertir en torno a trescientos mil euros, según confirmó a este diario el alcalde José Luis Sáez (PSOE). Esa urgencia sobrevenida va a permitir acortar los plazos y los procedimientos administrativos previstos inicialmente y el municipio ya cuenta sobre la mesa con presupuestos de varias empresas especializadas certificadas para este tipo de trabajos.

La riada ha dejado el nivel del calado en poco más de un metro. Los sedimentos y el limo arrastrado por el caudal de cientos de hectómetros cúbicos de agua que ha desembocado se acumula en el fondo, justo en la desembocadura. El conjunto de las instalaciones portuarias, en su condición de dominio público, son competencia de la Generalitat pero es el Ayuntamiento el responsable de la principal infraestructura, la marina deportiva. Para llevar a cabo la adjudicación el Ayuntamiento deberá contar la autorización de la Confederación Hidrográfica y el servicio territorial de Costas, además del propio de la Generalitat. Uno de los problemas a los que se debe enfrentar la empresa especializada que finalmente lleve a cabo el dragado es la gestión posterior de los lodos y su eliminación. Algo que ha generado polémica en otras operaciones similares de limpieza.

Ahora, la flota pesquera de artes menores con base en Guardamar, que cuenta con cinco embarcaciones, está faenando más al sur, en aguas de Torrevieja, en la campaña de lenguado. El temporal llegó cuando prácticamente se había dejado de capturar langostino. Estos barcos faenan en caladeros torrevejenses pero desembarcan sus capturas y las subastan en la lonja de Santa Pola, a primera hora de la tarde. La popular subasta, abierta a particulares, también ha sido suspendida.

También se han visto afectadas las embarcaciones de apoyo a la industria de la acuicultura de las granjas marinas ubicadas en aguas de Guardamar. Barcos mucho más grandes que la flota artesanal y que se han trasladado también a puertos cercanos. Por último, no se han podido desplazar de su punto de amarre las embarcaciones recreativas de la marina deportiva, aunque ya se ha ultimado la limpieza de residuos sólidos flotantes que cubrían la mayor parte del espejo de agua. Estas instalaciones fueron impulsadas y financiadas por el Ayuntamiento a mediados de los 90. Las sigue gestionando la administración local como propietaria.

El cauce

Por otra parte el alcalde, preguntado sobre el supuesto impacto de la obra y espigón del cauce nuevo del río sobre la regresión de las playas cercanas indicó que es algo que no está todavía acreditado científicamente.

El primer edil se mostró prudente en este aspecto indicando que no descarta que el espigón tenga esa influencia pero que los estudios constatan que el proceso de regresión de la playas es muy anterior a la construcción del cauce.