«En esta casa nací y llevo aquí toda mi vida. Ahora está todo perdido», asegura con resignación Vicente Saez, vecino de Dolores. Lleva desde el viernes pasado en casa de su hija en Almoradí. Su mujer y él salieron con lo puesto hace hoy una semana y todavía no sabe cuándo podrán volver. En su casa el agua le llega a la cintura. Asegura que se inundó por la rotura del río Segura, ya que «en ningún temporal anterior había llegado hasta aquí». Vicente he perdido su casa y a sus animales. Tenía 16 pollos, seis gallinas ponedoras y dos codornices. «Todos están muertos. Solo pude salvar una burrica que tengo de 30 años. Está vieja, pero muy bien cuidada», explica con resignación.

La sorpresa para el matrimonio llegó esta semana cuando al ponerse en contacto con el seguro descubrieron que se lo habían dado de baja. «Dimos parte el pasado año de un robo que sufrimos y después de una avería en el baño. Tras estos dos sucesos el seguro el envió un correo electrónico a mi nieta para informarle de que nos lo daban de baja. Ella no vio el mensaje y no nos dimos cuenta de la situación hasta estos días», cuenta. A sus 78 años dice, y con razón, que él no entiende de emails. «Si me hubieran enviado una carta yo lo habría resuelto», afirma.El panorama es desolador, aunque Vicente se muestra optimista. «Los ánimos a la fuerza tienen que ir bien. Con amargarte no ganas nada. Somos valientes, saldremos de esta», asegura.

Su nieta reconoce que ha sido un golpe muy duro. «Mis abuelos siempre dijeron que de esta casa saldrían con los pies por delante. No sé cómo lo arreglaremos, la vivienda está muy mal y el problema con el seguro ya ha sido el remate», cuenta Lorena Antón, nieta de Vicente. Por el momento tendrán que esperar a que el nivel del agua baje para poder entrar a limpiar y hacer balance de daños. Después de una semana inundada, no esperan salvar nada.