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Vecinos de San Miguel de Salinas organizan patrullas por una oleada de robos y la escasez de policías

Los residentes de la urbanización de la Ciudad de las Comunicaciones denuncian la inseguridad que sufren desde hace dos meses con casi un asalto diario - La Policía Local no cuenta con patrullas en horario nocturno

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Patrullas vecinales de los vecinos de San Miguel de Salinas

«ROBO, ROBO, ROBO. Alerta roja, sal». Es el desgarrador mensaje de alerta que saltaba al grupo de WhatsApp que tienen los vecinos de la urbanización Ciudad de las Comunicaciones de San Miguel de Salinas. Fue el último aviso de un asalto de los muchos que vienen sufriendo desde hace dos meses «hasta cuatro y cinco por semana», explican los residentes a INFORMACIÓN junto al cartel que desde esta semana alerta a los ladrones de que si entran en la urbanización se las verán con los vecinos. «Cuidado, vecinos vigilando», advierte este cartel colocado en la rotonda de entrada a la urbanización, junto a una imagen de un ladrón dentro de una señal de prohibido. Es la ingeniosa medida que han adoptado los más de medio millar de vecinos que residen en esta urbanización hartos de la oleada de robos que vienen sufriendo. Pero no es la única.

Organizados a través de un grupo de WhatsApp creado para alertar sobre los robos que se produzcan en la zona, los vecinos han decidido hacer patrullas por las calles de la urbanización, sobre todo por las noches, ante la ausencia de la Policía Local en horario nocturno y portando silbatos. En el municipio hay un déficit importante de agentes y estos solo patrullan de día. Por las noches no hay policías locales en San Miguel de Salinas. Algo de lo que son conscientes también los que buscan quedarse con lo ajeno.

«Vivimos en una situación total de inseguridad», relata Edu Da Silva, el vecino que ha conseguido reunir a unos 200 residentes en un grupo de WhatsApp para alertar de los robos y organizar las patrullas vecinales que, incluso, salen detrás de los ladrones. Es lo que sucedió en los dos últimos asaltos, ocurridos el jueves y el viernes de la pasada semana. El jueves un individuo trató de entrar en una de las viviendas -todos chalets individuales o adosados- levantando una persiana, a pesar de que dentro estaban el matrimonio y los tres hijos pequeños que viven allí. El dueño de la casa salió tras de él y los vecinos fueron avisándose. En esa ocasión la Guardia Civil se personó en el lugar en apenas 10 minutos, pero no consiguió dar con el asaltante. El episodio del viernes fue aún más inquietante para los residentes ya que los agentes de la Benemérita no se personaron en la urbanización hasta 45 minutos después de haber sido avisados. Hasta una treintena de vecinos estuvieron siguiendo y cercando a los asaltantes a los que uno de ellos sorprendió arrancando la reja de una ventana, aunque consiguieron eludir a estas patrullas vecinales saltando de una parcela a otra. «Entran en las parcelas, arrancan rejas y suelen buscar joyas y dinero en efectivo», señala Da Silva.

Cámaras

El Ayuntamiento instaló cámaras de vigilancia a la entrada de la urbanización para tratar de disuadir a los ladrones pero ningún vecino tiene constancia de que hayan conseguido identificar a algún asaltante y, además, los amigos de lo ajeno optan últimamente por buscar otras zonas para entrar, la última haciendo un agujero en la valle de un parque infantil que da a la carretera. «No sabemos qué control se lleva de esas cámaras ahora, nos sentimos indefensos porque encima muchos policías de San Miguel se marchan a comisión de servicio a otros municipios y ya no se sustituyen», denuncia Soledad Soto, otra vecina de la urbanización y edil del PP, ahora en la oposición en un ayuntamiento que gobierna el PSOE junto a IU y Adelante San Miguel.

«La Policía Local pasa a veces a patrullar por el día, y cuando la vemos nos alegramos mucho, pero por la noche nos sentimos solos», dice otro de los residentes, Juan Mina. Clara, una residente extranjera, añade que «me da miedo salir y dejar la casa sola, siempre prefiero que haya alguien dentro y ahora que son las fiestas patronales prefiero quedarme en casa». Sus miedos son compartidos por todos los residentes de Ciudad de las Comunicaciones y también de las cercanas urbanizaciones de Torrestrella y Villas María, donde también han sufrido la visita de los cacos.

La portavoz de Cs, María José Costa, solicita al equipo de gobierno «que aborde de inmediato el problema de la oleada de robos que vivimos en el casco urbano y las urbanizaciones». Su partido ha solicitado que se reuna la Junta Local de Seguridad y que se estudie el proyecto de unificar las patrullas de las policías locales de San Miguel y Los Montesinos. «La plantilla actual está mermada por jubilaciones y cese de interinos, mientras el Ayuntamiento no hace nada por cubrir esas bajas», se queja.

En toda la zona los carteles de empresas de seguridad, cámaras, aviso de que vive un perro, cerrojos en las ventanas y rejas son una constante. «Vivimos casi encarcelados» dicen los resignados vecinos que añaden que «dicen que la unión hace la fuerza y eso es lo que nos ha hecho juntarnos para defendernos de los robos». No obstante, esperan que esas patrullas vecinales sean sustituidas pronto por policiales.

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