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Clamor contra el machismo en la Vega Baja

El movimiento «Vivas nos queremos» sale desde hace un año ante cualquier asesinato de una mujer por la violencia machista

Rojales. Información

«Viva las mujeres» gritaba una joven asomada por la ventanilla del vehículo en el que viajaba a su paso por la plaza de España de Rojales, lugar en el que se concentraba Mujeres Rojales el pasado 19 de agosto. Tomando la otra acepción de este alegato, una de las mujeres que estaba participando le respondía «si nos dejan».

Y esa es la razón por la que la Vega Baja se moviliza desde hace un año, para que las mujeres dejen de ser asesinadas por el mero hecho de serlo, y para denunciar cada víctima del feminicidio. Cada vez que se conoce un asesinato por violencia machista, a las 24 horas, como muy tarde, mujeres y hombres de diez municipios de la comarca se concentran en la plaza principal correspondiente: Torrevieja y La Mata, Guardamar, Rojales, Catral, Callosa de Segura, Almoradí, San Isidro, Benijófar, Los Montesinos y Albatera.

Dolores, de 73 años, es la última mujer asesinada por violencia machista. En lo que llevamos de año, el número de asesinatos alcanza los 40, doce más que en el mismo periodo del año pasado.

Inicios

Tras la sentencia el pasado verano a los violadores de Pamplona, conocidos como «la manada» y fruto de las masivas y espontaneas movilizaciones dadas en todo el país, nace en Almoradí la idea de crear esta red. «Vivas nos queremos es una red para visibilizar todos los asesinatos machistas y crear conciencia en la población y esto nos compete a todos y a todas, y tiene que estar en las políticas nacionales, regionales y a nivel local» explica María Jesús Pérez, ex concejala y desde hace unos meses, Directora General de Participación Ciudadana de la Conselleria.

Comenzó a tejerse esa red contactando con distintos municipios. Aunque se aúnan bajo la plataforma «Vivas nos queremos» cada municipio es autónomo para llevar las acciones como considere oportuno, sin liderazgos, sin portavoces. Solo se establecieron dos elementos: convocar la concentración como muy tarde 24 horas después de conocerse el asesinato y que no se dilate más de diez minutos.

En el caso de Mujeres Rojales, narran el nombre de la última mujer asesinada e informan del caso, y también repasan los últimos casos de violencia machista aunque no sea asesinato. En Guardamar, además de la concentración colocan en un árbol violeta el nombre de la mujer y sobre un mural una mano para cada mujer asesinada, una de color verde para el niño que queda huérfano y blanco para el que ha sido asesinado. «Dice mucho que nos quedemos sin espacio para poner manos, es terrible» comenta Irene.

La Vega Baja ha contado historicamente con numerosos movimientos sociales y reivindicaciones, pero todos de carácter local y comarcal. Es la primera vez que la lucha feminista se compromete y sale de forma permanente a la calle a denunciar una violencia estructural. Se diferencia del resto de movimientos por su persistencia, capacidad de reacción y la espontaneidad. Un movimiento que no se rige solo por efemérides, sino ante cualquier asesinato, sean vacaciones, festivos o llueva.

Desde que comenzaran a registrar los asesinatos en 2003, en España han sido asesinadas 1.015 mujeres, en 16 años, 200 más que víctimas del terrorismo de ETA en 50 años.

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