La junta de gobierno del Ayuntamiento de Torrevieja aprobó en julio las gratificaciones por servicios extraordinarios realizados por los funcionarios para preparar la celebración las elecciones de abril y mayo. La oficial mayor del Ayuntamiento de Torrevieja va a ingresar 8.996 euros en servicios extraordinarios por la realización de los trabajos «propios» del trámite electoral con motivo de la doble convocatoria de elecciones de abril y mayo pasado. Una parte -5.605,9 euros- por las horas extra empleadas a lo largo de 23 días, añadidas a su jornada laboral para organizar los comicios generales y autonómicos del 28 de abril. Y otros 3.341,3 euros por la misma tarea a lo largo de los 14 días previos y posteriores a las elecciones municipales y europeas del 26 de mayo.
Otra funcionaria, secretaria general del pleno y máxima responsable de la gestión administrativa del municipio, percibirá 7.633 euros por el mismo concepto. 4.221 por los preparativos de las generales y autonómicas durante 23 días (más de 70 horas extra en total, a razón de aproximadamente 55 euros brutos la hora), y otros 3.412 por 18 días de sobreesfuerzo horario para las municipales y europeas. En tercer lugar de este singular ranking figura el técnico de administración general responsable del área de personal con 3.873 euros para todo el periodo. Además figuran otros 3 empleados públicos «agraciados» con una remuneración superior a los 2.500 euros en la misma área de secretaría o en censo y estadística.
En el exhaustivo informe que justifica el pago figura en cada caso el día en el que se realizaron los servicios extraordinarios y su cuantificación por horas y minutos. Los funcionarios de mayor rango «echaron» hasta 5 horas más de su jornada laboral ordinaria. Hasta «cinco horas y 41 minutos» sobre las siete y media de su horario habitual figuran, por ejemplo, el martes 16 de abril para el caso de uno los técnicos, que forman parte de la cúpula de gestión local. Un día que resultó maratoniano con más de 12 horas de trabajo administrativo.
Las cantidades con las que se remunera este trabajo «extra» resultan estratosféricas para el ámbito laboral fuera de una administración pública, y ya firmarían muchos otros trabajadores de calle estas «jornadicas» laborales para redondear su salario. Pero están avaladas hasta el último céntimo por el convenio del Ayuntamiento y los informes técnicos. En torno a un centenar de funcionarios del Ayuntamiento -de los más de 600 con los que cuenta la plantilla entre personal funcionario, interino y laboral-, participaron en el dispositivo de control y apoyo electoral de este calendario inédito en la democracia española con dos convocatorias electorales separadas en menos de un mes. La mayor parte lo hicieron durante las dos jornadas electorales, en los colegios, y su generación de horas extra no supera los 200 euros por las dos jornadas, además en domingo. El pago de estos servicios extraordinarios ha sido validado en junta de gobierno en julio pasado por el gobierno del PP y contaban con una reserva de crédito previa de 100.000 euros, dispuesta por el anterior primer edil José Manuel Dolón (Los Verdes). Dos de los tres informes que conforma el expediente de abono los realizaron sus principales beneficiarios: la fedataria pública y el responsable de personal. Es la legislación administrativa la que dispone que sean esos responsables de ambos departamentos los que informen. Mientras que el visto bueno final, la fiscalización de conformidad, está rubricada por el interventor accidental.
Hasta hace poco los funcionarios del Ayuntamiento solo podían ser compensados en su sobreesfuerzo laboral con días libres por la limitaciones presupuestarias impuestas por los planes de ajuste, superados por el municipio en 2018. La escasez de personal -por las mismos ajustes de gasto público- provocaban que faltaran días en el calendario laboral para compensar el trabajo extra de los funcionarios con libranzas.
Un dispositivo que no contó con los medios materiales suficientes en los comicios municipales
La falta de espacio en las cabinas para las papeletas provocó la reclamación de electores y políticos
La logística electoral no es sencilla. Más en un municipio con más de 75.000 vecinos donde la legislación le otorga todas las competencias a la hora de organizar colegios, designar miembros de las mesas y notificarles que han sido escogidos, entre muchos otros trámites, que deben contar, en el caso de Torrevieja, con más de sesenta mesas de votación. También se contrata, la impresión de las papeletas electorales a cuenta de las arcas municipales.
El despliegue de medios humanos en el Ayuntamiento no evitó sin embargo, que la última cita electoral municipal del 26 de mayo, estuviera rodeada de cierta polémica en Torrevieja. La falta de cabinas adecuadas para albergar todas las papeletas -todas las opciones de las europeas y papeletas de las municipales- hizo que se dispusieran en mesas.
Con lo que la elección de los votantes, si no traían su sobre desde casa, estaba a la vista de los apoderados de los partidos. Algo que provocó numerosas quejas y una reclamación de IU, que estuvo a punto de retrasar el pleno de investidura.
Al contrario de lo que decidieron en otros muchos municipios -sin tener que comunicarlo oficialmente a la junta electoral -disponer las papeletas de las municipales que sí cabían en las cabinas y dejar las de las europeas fuera- el Ayuntamiento de Torrevieja se negó a adoptar esta solución, lo que generó numerosas quejas ante la junta electoral de zona y la posterior reclamación de IU que fue rechazada con el argumento de que no se vulneraba el secreto del voto y que el Ayuntamiento ya había advertido de que se iba a producir esta limitación. Y era la primera vez que coincidían electoral.
