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Eladio Aniorte: «La huerta de la Vega Baja, hoy por hoy, está condenada a muerte»

Aniorte preside esta asociación agraria y ganadera desde su fundación en 1980

Eladio Aniorte, presidente ASAJA Alicante.

Eladio Aniorte es presidente de Asaja Alicante desde la fundación de la asociación agraria y ganadera en 1980. Y también dispone de terrenos agrícolas en la Vega Baja, en tres municipios distintos, por tanto conoce de primera mano la desigualdad que se ha generado ante la falta y ausencia de agua para los cultivos, principalmente, de Catral. Considera que es un bache muy duro el hecho que los jóvenes agricultores no se puedan quedar en el campo y se vean obligados a buscar un empleo fuera del sector.

P¿Cuáles son los principales desafíos de la huerta de la Vega Baja?

R La huerta de la Vega Baja, hoy por hoy, está condenada a muerte, a morir. El principal de todos los elementos que necesita la agricultura es el agua y en estos momentos no tenemos. Y eso hace que la gente tenga poco interés de plantar nada. Y como es un problema político no se puede arreglar de ninguna manera si no hay un consenso entre las fuerzas políticas, que se dedican a tener todas las fórmulas mágicas para traer agua pero ninguno la trae. Y esa es la desgracia principal. Luego, esto acarrea que haya un abandono de los jóvenes, que les estábamos prometiendo que ser agricultor era una maravilla. La gente estaba confiando que en la agricultura se podía uno quedar y esto ha sido un bache muy duro y las administraciones no se dan cuenta de esto y si se dan cuenta les importa un pepino. Ese es el principal desafío en la agricultura, no solo en nuestra provincia sino también en otras.

P Esto influye por tanto en el relevo generacional.

R Siempre he pensado que el relevo es una obligación que tenemos los mayores de ir estimulando a la gente joven, para que se quede en el campo. Porque sin relevo, el campo no es nada y el campo necesita juventud. Pero la juventud no va al campo porque el sábado no tiene nada que llevarle a la mujer para que vaya a hacer la compra, darle a los hijos y llenar el frigo. El agricultor que tiene que pagar los jornales y que no riega, está condenado a dejar la tierra y buscar otro empleo.

P ¿Hay algún cultivo que esté en peligro a corto plazo?

R Ahora están todos en peligro. Ahora no se riega. Mañana [por hoy] es la tanda en Catral. La acequia está vacía. Veremos como pasa la tanda y no se riega. Están en peligro los cítricos, la alfalfa que no se va a regar y las alcachofas, porque no se van a plantar. Está en peligro todo.

P La falta de agua está afectando de forma desigual en la comarca. ¿Teme que una comarca tan pequeña se quiebre entre los que riegan y los que no?

R Sí, es cierto, hay una desigualdad de los riegos en la Vega Baja. Pero esa desigualdad se ha corregido siempre interviniendo la CHS con el sifón de Orihuela, pero ahora no hay una Confederación que te escuche ni nadie se preocupa de arreglar nada. La acequia de Catral es la más larga y la que más tahúllas tiene, pero es la que menos dotación tiene, por lo tanto si cuando tiene la tanda Catral, se aumenta 1,5 metro cúbico por segundo por los tubos, Catral regaría también. Pero hay unas tierras que riegan y otras que no. Yo por ejemplo tengo tierras en tres sitios diferentes. En Orihuela riego, si no cuando quiero, cada vez que me hace falta. En Rafal, cada 25 días y en Catral este verano aún no he regado. Lo estoy perdiendo todo.

P ¿Qué está perdiendo?

R Estoy perdiendo 5.000 granados, con granadas que se han quedado como pelotas de ping pong y 7.000 limoneros que si no riego no harán limones.

P ¿Estamos ante el momento más crítico de los últimos años?

R Sí. Yo como agricultor nunca he conocido años sin regar tres tandas seguidas. Y eso es lo que llevo yo.

P Si hay soluciones, ¿cuáles cree que deberían adoptar?

R Las soluciones vienen por un entendimiento con la administración del agua y procurar hacer infraestructuras para que no se vaya nada de agua depurada al mar, porque es muy buena. También, que el agua de los pantanos se distribuya por igual, que unos no tengan mucha agua y otros nada. Y para eso tiene que intervenir la Confederación, que para eso es la dueña del río.

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