Arneva se encuentra en una situación incómoda e incomprensible en los tiempos que corren. Según recuerdan los más antiguos de esta pedanía oriolana, nunca antes habían estado sin servicio telefónico; tampoco sin internet. Así llevan desde el pasado domingo, cuando fueron robados unos 800 metros de cable que da cobertura a la pequeña población oriolana en la que habita un millar de personas, siendo la mayoría de avanzada edad.
Estos ancianos y otras personas dependientes necesitan del servicio de telefonía fija para comunicarse y ser atendidos por familiares; también con organizaciones que se dedican a prestar el servicio de teleasistencia (botón rojo) como el que ofrece Cruz Roja y Atencia, que funciona con un dispositivo que se activa gracias a la conexión establecida con el teléfono fijo y que en estos días está siendo interrumpido por este motivo.
Mari Carmen Rueda, que se ha desplazado de Orihuela a Arneva para estar con su madre de 85 años de edad, lamenta la situación. «Nos alarmó comprobar que no daba señal el teléfono y nos preocupa mucho que llevemos así más de cuatro días, porque aquí el setenta por ciento de los habitantes son ancianos y sin teléfono fijo se encuentran incomunicados, porque los móviles apenas saben utilizarlos».
Esta circunstancia inusual, aunque ya padecida en otras pedanías oriolanas hace algo más de dos años, como Hurchillo y Torremendo, está repercutiendo en los negocios. Por ejemplo, las sucursales bancarias se han visto obligadas a cerrar al público ante la imposibilidad de gestionar las operaciones diarias que se desarrollan en la oficina. Este estado de bloqueo está forzando a los clientes y demás usuarios a desplazarse a otras poblaciones vecinas para realizar sus operaciones financieras. Otro de los establecimientos perjudicados es la farmacia, que se encuentra en la complicada tesitura de no poder trabajar con la receta electrónica y solo pueden dispensar productos de venta libre.
La administración de lotería, peluquerías y hasta los bares son otros de los establecimientos que han visto alterado su ritmo de trabajo, ya que «hasta la máquina tragaperras no funciona», comentó un cliente. Y lo peor para estos vecinos es que todavía no tienen una fecha estimada para ver resuelto este problema del que es responsable la empresa de telefonía, siendo muy probable que hasta mediados de mes no se arregle.
Olvidados por la empresa telefónica
Son muchas las quejas emitidas por los vecinos a la compañía telefónica, ya que a día de hoy todavía no hay una fecha aproximada para subsanar el problema, porque «tiene que llegar el cable para reponer el que falta». Una respuesta increíble para ellos «al tratarse de una empresa tan grande e importante». Además, los vecinos se sienten olvidados por el Ayuntamiento oriolano ya que aseguran que no presiona a la empresa para acelerar la reparación.
