La localidad está de luto, desde el pasado 21 de julio, con la perdida de este Hijo Predilecto, que en la tarde de ayer despidió con honores y con la música, que tanto amaba, presente. Notas que sonaron a través de los instrumentos que da vida a la Sociedad Unión Musical de Bigastro, banda en la que empezó a dar sus primeros pasos como músico, y de la que ostentó el título de director Honorifico.

El encuentro con su pueblo natal comenzó en el Auditorio Municipal que lleva su nombre, Francisco Grau Vegara, situado a pocos metros del recinto donde se le rindió un homenaje póstumo y al que asistieron centenares de vecinos, quienes quisieron despedirse de su paisano más ilustre, autor del Himno de Bigastro, compositor firmó 700 piezas y fue presidente del jurado del Certamen Internacional de Habaneras, director de la Unidad de Música de la Guardia Real y realizó los arreglos del Himno Nacional de España.

Entre ellos, la familia -su viuda, sus tres hijos, nietos, cuñada y sobrinos-, miembros del cuerpo militar, como el Coronel de Infantería de Marina y Subdelegado de Defensa de Alicante, Juan Bosco Montero Prado; el General de Brigada Jefatura del Mando de Personal de Madrid, Julio Herrera Isla; el Coronel 2º Jefe del MOE, Fernando Antón Bernalte; el Teniente Coronel de la UME, Olaf Clavería Gálvez; el Teniente Coronel de la Guardia Real, Francisco de Juan Rodríguez; el Capitán de la Academia del Aire de San Javier, José Manuel Castelló Sánchez; el Capitán del Regimiento de la Guardia Real, Pedro Soriano Morales; entre otras autoridades militares. También la Corporación Municipal de Bigastro, como la alcaldesa Teresa Belmonte, y representantes políticos de municipios como Torrevieja y Albacete.

El acto albergó un altar improvisado en el escenario, donde estuvo presente la urna que contenía las cenizas del General Músico Francisco Grau Vegara junto a un retrato en el que se mostraba al gran maestro alzando la batuta. Dos sacerdotes oficiaron una misa funeral en su honor y la ceremonia contó con las emotivas palabras de aquellos que lo conocían, entre ellos sus hijos, sus nietas y su sobrina, que pusieron en pie al pueblo de Bigastro con incesantes aplausos.

Tras estos instantes de emoción y respeto, los bigastrenses, uno a uno, pasaron por delante de la urna y mostraron sus condolencias a la familia, unas personas muy queridas en el municipio, ya que el General Francisco nunca olvidó su raíces y siempre que tenía oportunidad visitaba la localidad para estar con los suyos y disfrutar de sus fiestas, sobre todo las patronales en honor a San Joaquín, que este año vivirá desde lo más alto. Brillando.

A posteriori, al concluir el sepelio, los restos se llevaron a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Belén de Bigastro, donde permanecerá la urna unos días antes de ser trasladada al Cementerio Municipal.