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La Diputación gasta 21.000 euros al año en revisar torres de vigilancia de playas que no se utilizan

Los servicios de socorrismo de Guardamar, Torrevieja y Orihuela Costa descartan usar las infraestructuras levantadas en 1985

Altas, en blanco, y con un estilo arquitectónico que las hace fácilmente reconocibles. Pero nadie las ha visto a pleno rendimiento en la Vega Baja. En 1985 la Diputación de Alicante levantó 31 torres vigía en el litoral de la provincia en un proyecto que abarcó desde Dénia a Orihuela Costa. No cumplen con su cometido ahora, ni hay constancia de que lo haya cumplido en la comarca: Guardamar del Segura, Torrevieja, Orihuela Costa -en Pilar de la Horadada no existen-. No sirven para nada, ni tan siquiera para ubicar la bandera indicativa del estado de la mar. Este diario solo ha podido confirmar el uso continuado en las cuatro ubicadas en el municipio de Alicante.

Pero sí están suponiendo un gasto de dinero para las arcas de la institución provincial... El departamento de Conservación de Edificios de la Diputación ha adjudicado el servicio de revisión y mantenimiento de estas las torres de vigilancia por 21.173 euros anuales, prorrogables a otra anualidad. Una parte de la contrata gestionará el mantenimiento de las torres del litoral norte y centro (16 instalaciones en total entre Dénia y Alicante) y otra que se encargará de la zona sur, con quince torres: cuatro en Elche, cuatro en Santa Pola, tres en Guardamar, dos en Torrevieja y dos en Orihuela. El pliego de condiciones asegura que los trabajos comenzarían el pasado mes de junio, pero de momento no hay ni rastro de esas intervenciones, que incluyen repintados y reposición de desprendimientos, entre otros muchos trabajos de mantenimiento y reparación.

INFORMACIÓN ha consultado la opinión de socorristas de Orihuela Costa y Torrevieja sobre los motivos que explican la infrautilización de las torres. Uno de ello es que pese a esos trabajos de mantenimiento algunas torres están fuera de servicio desde hace años porque se han desprendido escalones de acceso y otros elementos, que hacen imposible su utilización. El segundo - y principal- es que las torres «son muy aparentes» y con un socorrista encaramado en su mirador reflejan una gran sensación de seguridad. Pero poco más. Porque los servicios de socorrismo contratados por los ayuntamientos están especializados en ofrecer una atención de proximidad y personal no les sobra. Dejar a un socorrista limita sus funciones y no es operativo. Solo serviría para avistar situaciones de urgencia en el mar, pero no para resolverlas en el momento en una prestación que, sobre todo, necesita personal inmediato. Es decir, el modelo actual permite que el mismo socorrista que observa un ahogamiento acuda al rescate.

Asientos, tampoco

En el caso de Torrevieja la falta de uso de estas torres -solo hay dos en la playa La Mata - contrasta con el hecho de que todo el equipo de socorrismo y vigilancia está realizando su labor este verano sin las sillas de vigilancia sobre la arena. Al personal de la contrata municipal se le puede observar sentado sobre silletas de playa, como cualquier otro bañista, vigilando a pie en la orilla e incluso oteando el horizonte en los bancos de los paseos marítimos a falta de otra zona en altura, como ocurre en el caso de la playa de Los Locos.

El nuevo suministro de 30 torres está adjudicado y a punto de llegar, según el área de Playas, que se encontró al iniciarse el nuevo mandato en el 15 de junio con el contrato por resolver. Playas ni tan siquiera ha querido echar mano de las antiguas torres de madera que están en muy malas condiciones, para no comprometer la seguridad de los bañistas. Torrevieja tampoco va a poder ya disfrutar de patinetes, hamacas y otros servicios que también se quedaron sin contrato -o en cualquier caso llegarían ya muy avanzada la temporada alta-.

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