A lo largo del día de ayer, Marcelino Asuar Belda esperaba la llegada de la media noche emocionado, con algunos nervios, focalizado en estar a la altura de sus predecesores, y agradecido. Muy agradecido. Y así lo reflejó a lo largo del discurso que pronunció desde el balcón del Ayuntamiento como síndico portador de la Gloriosa Enseña del Oriol. Frente a él centenares y centenares de festeros, festeras y vecinos alzaban la cabeza y la mirada para escuchar el discurso más esperado de las fiestas. Le acompañaban los cargos festeros,el alcalde y el presidente de la Asociación de Moros y Cristianos, pero sobre todo, la señera de la ciudad, que salía de su vitrina para que como cada 16 de julio quedase expuesta en el balcón del consistorio durante toda la noche hasta que en la mañana de hoy se iniciara el traslado de ésta, procesión y desfile.

Asuar Belda dirigió sus primeras palabras al alcalde, Emilio Bascuñana y a la corporación a modo de agradecimiento. «Es un honor que hayáis pensado que yo, un humilde oriolano, pudiera ser digno de soportar en mis desgastadas manos lo que tantos años llevo admirando como oriolano y como festero». Sin dilatarse dio paso a la memoria, un repaso a cómo se fundaron las fiestas que hoy día son de Interés Turístico Nacional y nombró a las personas que junto a él dieron los primeros pasos en 1973 para que un año después sonaran los primeros redobles de marchas moras y cristianas en Orihuela, por las calles del Rabaloche. Rememoró ese primer desfile recordando la figura de su suegro, Francisco Tormo de Haro. «Adelante Marcelino, Orihuela quiere más», recordaba sus palabras, cuando al llegar al punto en el que el desfile debía dar la vuelta, le recomendaba continuar.

No se olvidó tampoco de ese grupo de personas, que como en la mayoría de los aspectos sociales, quedan sin protagonismo. Hizo directa alusión a todas las mujeres que quedaban en segundo plano y fueron un pilar fundamental a través del enorme trabajo, esfuerzo y sacrificio.

Marcelino arrancó con agradecimiento a la corporación y hacia ella dirigió una de las últimas palabras del discurso. «Haced todo lo posible porque esos barrios que han sido tan emblemáticos para esta ciudad sea una prioridad recuperarlos. Y poned empeño en recuperar ese símbolo festero como es el castillo de los moros».

Discurso del alcalde

El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana se dirigió también al público enfatizando la gran labor del síndico como uno de los fundadores de la fiesta, destacó el papel de los embajadores y de la Armengola, expresó su orgullo por la ciudad y reivindicó el canto del himno regional en castellano.