Las guerrillas, alardos y otros actos de arcabucería previstos en las fiestas de Moros y Cristianos que tienen lugar en distintos municipios de la Vega Baja durante el verano, corren el peligro de no celebrarse. La mala calidad de la pólvora suministrada, por el excesivo grosor e irregularidad, por parte de la única empresa autorizada por el Ministerio de Industria para suministrar el explosivo a las poblaciones festeras de toda la provincia, el polvorín de Montealegre del Castillo (Albacete), impide su uso en eventos festivos. De hecho, ya hay un municipio de la comarca que se ha visto obligado a suspender sus actos de arcabucería. La Federación de Moros y Cristianos de Albatera anunció ayer que quedaban suspendidos los desfiles de arcabucería dentro de sus festejos previstos para jueves y viernes. En el aire queda ahora la guerrilla prevista para la semana que viene en Orihuela. También Almoradí, que celebra sus festejos a finales de julio, podría verse obligado a suspender sus actos con pólvora.

Los festeros de Albatera recibieron ayer el lote que habían pedido de pólvora pero se encontraron que ésta tenía una granulometría más gruesa de la habitual. Sabían que recibirían un explosivo diferente al de otros años, más grueso, porque ya se lo había advertido la empresa suministradora después de que un problema de fabricación obligara a retirar el pasado mes de mayo una partida de 4.000 kilos prevista para abastecer las fiestas de Moros y Cristianos, con una granulometría fina (la usada para este tipo de festejos). Pero no se imaginaban que sería tan gruesa. No obstante, en municipios como Petrer, pudieron celebrar los actos de arcabucería con una pólvora más gruesa. «Hablamos con los festeros de Petrer y nos dijeron que no habían tenido problema con la pólvora que habían tirado, aunque era más gruesa, y la empresa suministradora nos dijo que era la misma pero, al recibirla ayer el armero, se dio cuenta de que era aún de peor calidad y con un granulado mucho más grueso», explicó Fran Saura, secretario de la Federación de Moros y Cristianos de Albatera». El principal problema es el de la seguridad. «No es válida para disparar porque se queda enganchada en el cajetín y no sale de la cantimplora y, al conseguir sacarla, se queda abierto el cajetín con el peligro que supone de derramar la pólvora o que se quede en la ropa del tirador y con una chispa salga ardiendo», señala Saura.

Peligro

La Guardia Civil fue testigo ayer de la llegada de esa partida de pólvora a Albatera y comprobó que su excesivo grosor no garantizaba la seguridad. «Si cae al suelo es un peligro tremendo porque podría explotar en cualquier momento y no nos podemos arriesgar a tener una desgracia, lo primero es la seguridad», indicó el festero albaterense. «Es inviable disparar con esa pólvora», añadió.

El problema surgido en Albatera puede extenderse al resto de municipios de la Vega Baja donde se celebran guerrillas de pólvora. El siguiente en celebrar estos actos es Orihuela, dentro de sus fiestas de la Reconquista y de Moros y Cristianos. El miércoles de la próxima semana, 17 de julio, está previsto a las 19.30 horas uno de los actos más seguidos de estos festejos, la Guerrilla Única de Pólvora Mora y Cristiana, que podría seguir el camino de Albatera y suspenderse. Para hoy está prevista una reunión de la Asociación de Fiestas Santas Justa y Rufina con representantes de la subdelegación del Gobierno y de la Guardia Civil, así como con expertos de la pólvora en carga, para decidir si es apto o no el explosivo recibido, que es igual al del municipio vecino. El presidente festero, Pepe Vegara, explicó ayer a este diario que «la pólvora que está viniendo a España era siempre del mismo proveedor europeo, concretamente de Alemania y debido a los problemas que ha tenido con el lote defectuoso que era el que cubría las fiestas de Moros y Cristianos de la provincia, el Ministerio hizo gestiones para que llegara de Italia otro lote, pero éste no reúne las condiciones que tiene que tener para la arcabucería».

Además del excesivo grosor de la pólvora, el problema es su irregularidad. «Son granos irregulares, hay trozos que se pueden caer y explotar después, son como balines y eso hace que sean estos explosivos peligrosos porque, además, no se quema toda la pólvora», indicó Vegara, quien comunicará mañana por la tarde a las comparsas oriolanas si este año se suspende la tradicional guerrilla por la mala calidad del explosivo y sus problemas de seguridad. En Almoradí, su famosa guerrilla de arcabuceros también podría peligrar si para finales de este mes, cuando se celebra la Guerrilla de los arcabuceros, los festeros no reciben una pólvora con una granulometría menor.