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Lixiviados del vertedero de La Murada rebosan a una rambla por falta de mantenimiento

La administración murciana no sabe qué hacer con 40.000 m3 del material corrosivo

Lixiviados del vertedero de La Murada rebosan a una rambla por falta de mantenimiento

Una de las tres balsas que almacenan lixiviados del vertedero sellado de Proambiente en Abanilla (Murcia) y Orihuela ha rebosado arrojando el material contaminante al dominio público de una rambla situada entre ambos términos municipales. La filtración al barranco se ha producido por un problema técnico: el bombeo de una de las balsas intermedias que deriva este fluido corrosivo hasta la mayor de las instalaciones se bloqueó. Pero el problema de fondo es otro. La administración murciana y valenciana han invertido nueve millones de euros en el sellado de las instalaciones esa intervención de restauración del terreno que recibió basuras durante 15 años ha rebajado el peligro ambiental del recinto pero no lo ha eliminado. La principal intervención fue el sellado de todos los vasos de vertido, la mayoría en Murcia. Pero queda pendiente una muy importante: la eliminación de los lixiviados. Un subproducto derivado de la descomposición de la materia orgánica de las basuras, contaminante y difícil de reciclar.

La voz de alarma sobre este vertido la ha dado Vertivega, la plataforma vecinal que en su día denunció el funcionamiento ilegal del vertedero y sus impactos ambientales en Abanilla, La Murada (Orihuela) y la Sierra y que ahora vigila también las tareas de restauración. El colectivo ha documentado el vertido con un vídeo en el que se observa la zona del recinto vallado y el área de escorrentía hasta una rambla en la que se acumula un charco que sin duda está formado por lixiviados.

La Región de Murcia construyó una balsa de 35.000 metros cúbicos de capacidad para almacenar este material. Pero la administración autonómica no tiene claro cómo va a eliminarlo. Puede ir trasladando en vehículos especiales los lixiviados a depuradoras. Pero las estaciones convencionales solo pueden tratar una pequeña cantidad de lixiviados sobre el total de volumen de agua residual convencional. Otra solución pasa por el empleo de depuradoras específicas móviles para depurar sobre el terreno. Aunque el nivel de generación de lixiviados se ha reducido por el sellado de los vasos de vertido (con lo que la entrada de agua es mucho menor) la previsión de los técnicos es que la zona siga generando este contaminante al menos durante los próximos ocho años.

Las tareas de restauración de la parte murciana del vertedero, que en su día fue propiedad del empresario Ángel Fenoll, se abordaron por la vía de emergencia, por lo que no contemplan tareas de mantenimiento continuadas. La solución técnica a los lixiviados espera desde hace meses y el hecho de que la administración autonómica de Murcia está semiparalizada hasta resolver quién encabeza el gobierno regional no ayuda a resolver este problema ambiental.

Basura enterrada en bancales

La Comunidad Valenciana ya ha terminado su actuación en el vertedero por completo tras invertir dos millones de euros con el sellado de los vasos más antiguos situados en Orihuela. Ahora está desarrollando un proyecto de catas para intentar verificar el vertido de basuras ilegal de miles de toneladas de basuras sin tratar en los bancales del entorno (que se acumularon supuestamente con el visto bueno de Proambiente) para tratar de limpiar la zona.

En la década de los años noventa y primeros dos mil los ayuntamientos de Abanilla (Murcia) y Orihuela miraban hacia otra parte cuando los vecinos que vivían en el entorno del vertedero de Proambiente denunciaban el grave impacto ambiental de la instalación ahora cerrada por ilegal. Con el estallido de la operación Brugal se precipitó el cierre del recinto y su restauración ambiental.

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